EL VALOR DEL ENVIADO ESPECIAL A UN MUNDIAL
Ala hora de leer estas líneas, si usted no se demora y espera a la hora del café, estaré subido a un avión con destino a Qatar. Casi siete horas de vuelo, sin prisa, pero sin pausa, hasta el aeropuerto internacional de Hamad en Doha que en estas últimas jornadas ha incrementado notablemente su actividad para desgracia del gremio de controladores que apenas tendrán tiempo para el café y tortilla de media mañana, bueno, o lo que sea que tomen antes del almuerzo. El caso es que con mi llegada y la de mi técnico de sonido de confianza (20 años y más de mil partidos a mi lado) Raúl Santamaría, completamos la expedición del Universo Marca en esta cita que aglutina todo el interés informativo. Medios de todo el mundo y en especial de España se vuelcan con el acontecimiento y desplazan un par de husos horarios a buena parte de sus redacciones para cubrir todos los ángulos informativos y que no se escape ningún detalle. Tengo la absoluta certeza de que todas esas radios, todos esos periódicos, todas esas webs y en especial las que llevan ese distintivo de M roja de Marca, sello acreditado de información deportiva en castellano (y también en inglés) va a ser sinónimo de calidad. En plena efervescencia del debate artificial entre periodistas de pluma y Olivetti que graban en viejas cintas de cassette “contra” los nuevos amos de ese planeta ingobernable llamado Internet reivindico el oficio de contar lo que pasa desde el lugar en el que pasa en el momento en el que pasa. Eso es, en esencia, el periodismo. Con rigor, pero sin rigidez que diría mi querido Sahuquillo. Nadal nos dio
(una vez más) una lección a todos sin tener por qué. No era su guerra y aún así puso en valor el esfuerzo personal, económico y logístico que supone desaparecer de casa más de treinta días para echar horas y horas delante de un micrófono. Yo, que apenas se encender el móvil porque tiene una tecla verde, no reniego de streamers, ni gurús varios de Cupertino. Pero al menos déjenme intentar en mi sexto Mundial que se pueden contar las cosas de toda la vida como si fuese la primera vez.
TENGO LA CERTEZA QUE LA COBERTURA DEL MUNDIAL VA A SER SINÓNIMO DE CALIDAD