“Hasta yo me he sentido juzgada yendo a un partido” Lo peor llegó en la Eurocopa • No querían ni salir de casa, pero reconoce que el fútbol también da grandes alegrías • Apuesta por una selección sana y feliz
Alice Campello, empresaria de éxito con la firma de cosmética ‘Masqmai’, madre de tres hijos, que serán cuatro en unos días cuando llegue la buscada niña, y es, además, la mujer de Álvaro Morata, la persona que siempre está ahí, al lado del hombre gol de la selección española. “Nunca te acostumbras. El otro día cuando se fue al Mundial... los niños llorando, él también. Imagina si se me hace duro que estoy embarazada de 8 meses y voy a ir a Qatar. Necesito verle y apoyarle aunque sea un ratito. Siempre es duro cuando se va. Los niños le necesitan mucho. Álvaro es necesario en casa tanto para ellos como para mí. Somos duros, pero a él le escuchan mucho más. Es el padre más bueno del mundo, pero insiste mucho en que sean educados. Creo que como padre es muy justo. El día que se fue no paraba de escribirme y de decirme que me quiere. Estaba nervioso, pero en plan bien”, comenta para MARCA, en una conversación distendida, sincera y en la que acerca a todos los aficionados el otro lado del delantero de la selección.
Los cambios de equipo, los constantes viajes suponen un añadido a lo que es la vida de la familia de un futbolista de elite. “Es complicado. En mi caso hemos cambiado de país muchas veces. Me he mudado como 8 ó 10 veces de casa. Nunca te puedes organizar, yo no sé lo que me va a pasar dentro de dos o cinco años. El fútbol te da emociones que nunca me hubiera imaginado. Como en todo en la vida hay cosas positivas y cosas negativas”, afirma.
LO BUENO DEL FÚTBOL
La vida pública es asumida como un elemento más en la vida de la familia Morata. “Es imposible que en la vida y en el trabajo te vaya siempre todo bien. La diferencia es que si tienen un mal partido o una mala racha todo el mundo lo sabe. A veces es complicado porque fallan algo y sales a la calle o vas al supermercado y tienes miles de personas recordándotelo o tirándote pullitas. A nosotros nos ha pasado ir al supermercado con los niños y que tiren pullitas hasta a los niños que tienen 4 años. Esa es la parte un poco más fea, pero también te acostumbras a ella. Hay que entender que no hay que dar importancia a estas cosas, pero es complicado incluso para mí que lo veo desde fuera y que no tengo nada que ver con este mundo”.
SIN SALIR DE CASA
La presión sufrida por un deportista de elite a veces puede ser una condena de por vida y en otras ser el punto de inflexión. Alice cuenta la experiencia vivida en la pasada Eurocopa. “Se dice que te acostumbras, pero no del todo. De todo se aprende algo. Fue una experiencia que creo que le ha hecho mucho más fuerte y mucho más hombre. Hemos madurado mucho juntos. Fue un momento que no queríamos ni salir de casa, ver a nadie para que no nos recordarán nada. Teníamos mucha ilusión de ganarla, él sobre todo. Al final pasó lo que pasó y ahora en el Mundial las cosas han cambiado. A veces hasta yendo al estadio me sentía juzgada yo. Las personas que tenía cerca me miraban como si hubiera fallado algo yo. Ahora te estoy hablando de
RODOLFO ESPINOSA