“El Málaga vino a buscarme con ilusión y no puedo dejarlo de lado”

Pregunta. Pepe Mel es escritor. ¿Se parece este fútbol actual a una novela negra?

No miramos más allá de lo siguiente, porque es perderte. Nos centramos en la Ponfe que es rival directísimo. Lo que venga después

P. ¿Cómo está el vestuario? R. Lo importante del vestuario es que hay diferentes generaciones. Lo sostienen los veteranos y esa simbiosis permite que haya calma. Sólo los jugadores nos pueden sacar de la situación. Si hay una forma de salir es siendo todos uno. Lo hemos demostrado con lo de Álex Gallar y otras desgracias.

P. Dos empates con fortuna y un pase en penaltis… ¿Está cambiando la suerte? R. Hago una lectura que va más allá. Pasamos con suerte la Copa y junto al punto de Zaragoza, creo que debe de ser un punto de inflexión. Alguien que sigue al Málaga tiene que estar orgulloso de lo que pasó. En otra situación nos sabría a poco.

Si los futbolistas me vieran mal estaríamos muertos. El Málaga fue a por mí con mucha ilusión y me puso un proyecto. Me presentó una plantilla y asumí al venir aquí que eso era mío al decir que sí. A esa gente no puedo dejarla de lado. Me he encontrado en situaciones parecidas y siempre las he sacado adelante.

P. ¿Se plantea salir?

R. Lo que pienso es que hay que ganar a la Ponferradi

Tuvimos una charla grande y los jugadores hablaron mucho. No me gustó nada la reacción al descanso tras el 1-0 en Oviedo. A los 48’ perdimos un balón y bajamos los brazos. El vestuario era una tumba. Eso no lo he vuelto a ver. El grupo ha cogido carácter. Ha entendido que para ganar esas batallas debemos apoyarnos todos.

No es una psicóloga al uso normal. Es una especie de coach que trabaja con el grupo y busca objetivos grupal e s , donde se mu e st ran dispuestos a trabajar. Saben dónde mejorar. Ese es su trabajo, los chicos están encantados. Sobre todo el cómo afrontan los partidos. En Zaragoza estuvieron increíbles.

P. ¿Y a la afición qué se le puede decir?

R. Da vergüenza pedirle algo. El otro día en Zaragoza, la gente silbaba a su equipo y comenté que eso no nos pasa en La Rosaleda. El público se expresa al final como creo que debe de hacerlo, pero en el partido responde con nada que se le ofrece. Hay que estar tranquilos y agradecidos. ●