BECA POR PRIMERA VEZ
mujer detrás por si se caía. En la actualidad hace salidas de 100 kilómetros.
Su fuerza de voluntad, su persistencia y su capacidad de sacrificio dieron su frutos y cumplió el sueño de ir a unos Juegos como habían hecho sus primos Jorge y Eduardo Quesada Molina, ambos en pentatlón moderno. El primero en Los Ángeles y Seúl, y el segundo sólo en la cita del 88.
No sólo retomó la natación, también empezó a salir en bici cuando su ortopeda le ideó una prótesis especial. Un amigo con el que salía a rodar le animó a probar el triatlón y ahí surgió el flechazo. Ya hace 11 años. Lleva compitiendo en Mundiales desde 2012 y ha subido a lo más alto del podio cuatro veces, la última el 24 de noviembre.
Esta vez el oro tenía doble recompensa: Molina entra a formar parte del Plan ADOP y, tras más de una década buscándose la vida, tendrá por primera vez una beca. Su categoría se estrena en París 2024.
“Ha sido un camino muy duro, he podido sobrevivir y seguir ganando gracias a los patrocinadores privados. Hasta ahora, el triatlón me ha costado mucho dinero. Mi trabajo era entrenar, hacer marketing, buscar empresas y llevar las redes sociales”, explica Molina.
Pese a ello, nunca se planteó cambiar de deporte. “Aunque me ofrecieron otros, yo soy triatleta y quiero ser campeón paralímpico en este deporte. El objetivo es conseguir la clasificación lo antes posible, si puede ser en septiembre del año que viene en el Mundial de Pontevedra. Y luego dedicarnos un año entero en preparar París y ganar allí una medalla del color que sea, aunque espero que de oro. Tengo muchas posibilidades de estar en lo más alto y vamos a luchar por ello”, promete. ●