Javier Estepa
Era el partido que podía colocar a la primera selección en octavos de final. Inglaterra, después de su contundente victoria ante Irán, se desinfló contra Estados Unidos y mostró las carencias de un combinado nacional que tiene mucha artillería pesada arriba pero que cuando le hacen un poco de cosquillas empieza a tambalear. Pulisic demostró ser uno de los mejores del partido. Qué infravalorado está. Aunque lo tiene prácticamente hecho, los ‘three lions’ tendrán que ir a por la clasificación en la última jornada del grupo ante la Gales de Gareth Bale.
¿DÓNDE ESTUVO STERLING?
Saka, Mount, Sterling, Kane y Bellingham por detrás de inicio. Una auténtica locura. El engranaje de Southgate parecía que funcionaba correctamente en los primeros 30 minutos. Sin embargo, cuando
Estados Unidos comenzó a apretar un poco ese poderío defensivo comenzó a desaparecer. Muy fallón Mount, Harry Kane le puso ganas, Bellingham no estuvo inspirado y el partido de Saka duró un cuarto de hora. Por cierto, ¿alguién sabe dónde estuvo Sterling? El del Chelsea fue susttuido por Grealish en el 70’. Rezando en arameo, claro.
EL QUE ENCENDIÓ TODO
El principal culpable de la resistencia estadounidense no fue otro que Christian Pulisic. El jugador de 24 años es el auténtico líder del combinado de Gregg Berhalter. Su potente disparo al larguero en el minuto 32 cuando su equipo las estaba pasando canutas sirvió de bofetón para despertar a sus compañeros. A partir de ese momento, Estados Unidos empezó a creer en su particular ‘sueño americano’ del Al Bayt. Por cierto, cómo pone los centros el bueno de Pulisic. Muy bien también Mckennie, un constante martillo pilón por su banda. Pickford tuvo mucho más trabajo que Matt
Turner y solo la falta de puntería ‘yankee’ evitó que el descalabro fuera mayor.
LOS CAMBIOS, SIN EFECTO
Saltaron para agitar el partido y ordenar las ideas a Inglaterra