¿JUGÓ BIEN EL MANCHESTER CITY?
Con el riesgo de bajar a los infiernos y quemarme con el micrófono rojo de Radio MARCA y GOL, me asombra el piropeo y admiración al juego del City. Ya tuve un buen sofocón en directo con la mejor voz de la Champions, Raúl Varela, que me acusó de cegato al no comprobar el repaso inglés a un Madrid, al que comparó en juego con el sistema del Crystal Palace.
Quizá para el Preolímpico de balonmano los movimientos horizontales del grupo de Pep serían elogiables pero para pasar a las semis de la Champions han demostrado ser estériles. Aquello fue un atasco de jugadores celestes que se pasaban el balón de un lado a otro con la velocidad de un parabrisas en plena tormenta. Haaland aleteaba como un salmón recién pescado en el Mar del Norte. Nacho se infló a anticipaciones.
El Madrid no es un equipo que defienda como la Real de Ormaetxea, pero sus futbolistas son de tanta calidad y conocen tan bien la competición que lo hicieron como la Italia del 82 en Sarriá contra la Brasil más jugona de la historia.
Ocho años y mil doscientos millones después en fichajes y Guardiola ha ganado una Champions. Nadie le discute como entrenador, como estratega pero el sobeteo de balón de un lado a otro como dicen esos números no enamora a la Copa de Europa.
El Dream Team en el que jugaba Pep si avanzaba en vertical con futbolistas como Txiki o Goicoetxea, trazaba diagonales con tipos como Laudrup y cabalgaba de forma vertiginosa con Stoichkov. Contra el Madrid fue una montonera de jugadores apilados perfectamente repelidas por un experto en la competición con un ADN en el que Rüdiger siente el Madrid como Camacho y Lunin parece García Remón. A ver si va a tener razón Luis Enrique y es el que mejor encarna el legado de Johan Cruyff. Él sí pasó a semifinales y de goleada.
Ahora abro paraguas.