“Necesito competir, es una cuestión de supervivencia”
NATACIÓN PERALES VISITA EL PLATÓ DE ‘MARCA LA DIFERENCIA’ La deportista española más laureada sigue con la recuperación del hombro izquierdo con la vista puesta en los Juegos de París 2024 ES EL GRAN REFERENTE NACIONAL DE ESTE ARTE
Teresa Perales llega al plató de ‘MARCA la Diferencia’ luciendo su eterna sonrisa. No la borra ni cuando habla de lo mucho que le está costando recuperarse del hombro izquierdo tras pasar por quirófano en mayo. “Aún estoy nadando sólo con el brazo derecho. Al izquierdo le cuesta quedarse en su sitio. Tengo que lidiar con el dolor, pero lo voy llevando. Mi objetivo sigue siendo París 2024, queda tiempo. Sigo teniendo mucha ilusión por seguir compitiendo. Llevo 24 años haciéndolo, más de la mitad de mi vida”, reconoce.
De momento, la nadadora maña no se ha marcado una fecha de regreso, aunque apunta hacia Manchester: “Lo ideal sería estar en los Mundiales del año que viene, que ya se consiguen plazas para París. Aunque antes hay que clasificarse para el Mundial. En marzo hay una competición. Tengo un gusanillo... Es que no veo el momento de volver. La última vez que competí fue en el Campeonato de España de marzo y es que lo necesito, es cuestión de supervivencia mental”, reconoce la ganadora del Princuando cesa de Asturias de los Deportes 2021.
ODIABA NADAR
Lo más curioso es que a la aragonesa, con 27 medallas en seis Juegos —desde Sidney 2000 hasta Tokio 2020 siempre en el podio—, no le gustaba nada la piscina antes de perder la movilidad en las piernas por una neuropatía
tenía 19 años. “Lo pasaba muy mal, me ahogaba, me bebía media piscina... Lo odiaba con todo mi alma”, confiesa entre risas. Tras dejar de caminar pasó por un “proceso de duelo: negación, frustración y luego aceptación. Ves que hay otra vida en la que no necesitas caminar. He hecho cosas muy locas”, dice.
Ha corrido un rally, ha nadado con tiburones, ha estado varias veces en el desierto, ha subido a una pirámide en México a culo, ha dado la vuelta al mundo varias veces y le han llegado a poner una AK-47 a menos de 100 metros por defender al pueblo saharaui. “Me queda lanzarme en paracaídas”, dice.
Y también le queda poder competir con un club de natación convencional. “Ninguno me ha permitido sacarme la licencia con él. Lo he pedido varias veces”, dice. ●
Mi objetivo sigue siendo ir a los Juegos de París, aún queda tiempo”
“De pequeña odiaba con toda mi alma nadar, lo pasaba mal y me ahogaba”
Paloma Pujol es un alma libre que se gana la vida con el freestyle fútbol. Nació en Quétaro en una época en la que para jugar al fútbol tuvo que inscribirse con el nombre de un chico ( Javi) y emigró siendo adolescente a España donde descubrió que su gran pasión estaba ligada al balón pero en otra vertiente. “En realidad quería ser cirquera, así que el freestyle es perfecto para mí. Disfruto más haciendo un truco nuevo que metiendo un gol. Eso sí, me gusta ver cómo otras meten goles”, apunta.
Estudió topografía, pero nunca ha ejercido de ello. “Una topógrafa con mis pintas sería lo máximo”, dice quien luce rastas, ropa ancha y un balón colgado de su petate. Ha trabajado en hostelería, sacando perros o trabajos varios que le permitían sobrevivir hasta que ha podido vivir del freestyle. “Lo mío son los malabares. Me gustan las habilidades. Te sientes como una estrella del rock, pero en vez de llevar una guitarra llevas un balón. Disfruto mucho haciendo trucos nuevos, inventando, creando. Tengo un trabajo que me encanta. Mi oficina hoy puede estar una plaza, mañana en el salón de casa y pasado un escenario”, asevera.
Entrena 1-3 horas al día, hace yoga un par de días por semana, otro breakdance y eventualmente visita al fisioterapia. “Se puede vivir de ser freestyler si tienes muchísima creatividad, muchísimas ganas y no necesitas grandes lujos para vivir”, asegura esta mujer que marca la diferencia.
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TERESA PERALES
27 MEDALLAS PARALÍMPICAS