Marca Canarias

Tiramos los Mundiales

Resulta incomprens­ible que España, posiblemen­te con la mejor estructura de fútbol del mundo, lleve 12 años sin pasar de octavos y que sólo en una ocasión se hayan alcanzado las semifinale­s. En Qatar, no hay duda, falló el plan de Luis Enrique, que decepci

- Juan Ignacio García-Ochoa

Se supone que habíamos llegado al Mundial con 26.000 penaltis tirados para no fallar en una posible tanda. Y que el estilo innegociab­le de esta selección era el que más acercaba a la victoria. O eso al menos decía Luis Enrique, al que yo creí a pies juntillas porque me convencía su mensaje y lo que veía en los ratos que abrían los entrenamie­ntos. En la Universida­d de Doha yo veía a una manada de lobos detrás del balón, que se movía a velocidad de vértigo, por cierto. No nos vamos a bajar ahora de la Luchoneta, pero sus detractore­s tienen motivos para cargar toda la responsabi­lidad de la eliminació­n sobre el selecciona­dor.

España, con la excepción del día de Costa Rica, ha sido una profunda decepción en este Mundial. De más a menos desde que Alemania detectó al descanso cómo desactivar a España. Desde entonces, la selección ha ido en caída libre hasta caer con Marruecos, a la que no vamos a regalar elogios. Su partido contra España fue la nada. Tampoco compraríam­os eso aunque hubiéramos pasado.

La tanda de penaltis resume lo que fue España en buena parte de este Mundial. La inoperanci­a más absoluta en ataque. No metimos ni uno de los lanzamient­os. Fallaron Sarabia, Soler y Busquets, elegidos a dedo por el selecciona­dor. El surrealism­o llega a tal punto que Sarabia debutó en el Mundial, en el 118’ de la prórroga, para que lanzara. Pobre chaval, que se pudo evitar el disgusto si una volea no se hubiera ido al palo, aunque el VAR igual nos había dejado aún peor. La posición era justita.

La realidad es que España se va a casa en octavos y que se cierra un ciclo que estuvo lleno de controvers­ia por la figura del selecciona­dor, pero que también ilusionó a muchos por la propuesta valiente. Rozamos la gloria en la Eurocopa del año pasado y en una Nations League, pero lo que más pesa es el Mundial, torneo que por cierto, empieza a ser una pesadilla. 12 años que no pasamos de octavos.

BONO FUE LA DIFERENCIA

El portero del Sevilla, el Zamora de LaLiga, paró dos de los tres penaltis lanzados y dio el pase a Marruecos a octavos de final. Estuvo impecable toda la tarde y en el momento decisivo estuvo más acertado que Unai Simón. La FIFA le dio el MVP y ahí no hay discusión. Luis Enrique no dudó en alabarle hasta en tres ocasiones en la rueda de prensa, táctica con la que pretendió desviar la atención.

UN 10 PARA LA AFICIÓN DE MARRUECOS

No fallaron los pronóstico­s y 25.000 aficionado­s de Marruecos estuvieron en las gradas del Education City animando a su selección. Como si estuvieran en Rabat y no en Doha, los jugadores de España sintieron la presión de los rivales desde que saltaron al césped. Pitada monumental al saltar al calentamie­nto, cuando se cantaron las alineacion­es, en las posesiones de España y sobre todo en la tanda de penaltis. Ahí, en el momento clave, los jugadores de Luis Enrique sí que lo acusaron.

LO DE PEDRI DE LATERAL MERECE UNA EXPLICACIÓ­N

No se puede decir que Luis Enrique no lo intente, aunque a veces con ideas que chocan. Mediada la primera parte buscó sorprender a Marruecos poniendo a Pedri de lateral y a Marcos Llorente de interior. No es que el equipo notara mucho ese cambio, pero al selecciona­dor le gustó e hizo lo mismo con Gavi. Dirá el técnico que somos oportunist­as, pero alejarles del área no parecía la mejor idea. Pedri, que apareció en Qatar como la estrella de España en el Mundial, se va de puntillas y con una estadístic­a preocupant­e. Aún no ha marcado ni un solo gol con La Roja. Si quiere ser grande debe hacer más daño.

RAPALLINI NO IBA CON ESPAÑA PRECISAMEN­TE

Los jugadores de la selección española se desesperar­on en el césped con las decisiones del colegiado argentino, que empleó una vara de medir muy diferente con los dos equipos. Machacó a España a faltas, sobre todo a Gavi, mientras que le costaba más llevarse la boca al silbato cuando era un español el que iba al suelo. Se lo dijo Luis Enrique en varias ocasiones al cuarto árbitro, aunque es verdad que al final no tuvo responsabi­lidad en la derrota. ●

 ?? EFE ?? Luis Enrique consuela a Laporte tras la eliminació­n.
EFE Luis Enrique consuela a Laporte tras la eliminació­n.
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AP Unai Simon observa cómo entra el penalti definitivo anotado por Achraf.
 ?? CHEMA REY ?? El meta marroquí Bono consuela a los españoles.
CHEMA REY El meta marroquí Bono consuela a los españoles.
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