PULISIC Y BELLINGHAM

Springsteen. Los de Berhalter todavía no han ganado en el torneo pero han sido mejores, en largos periodos, que Gales e Inglaterra.

Su fútbol intenso asfixió a un combinado inglés que repitió once pero no sensaciones. El triángulo Trippier-Saka-Bellingham apenas conectó una vez y Kane, que tuvo alguna ocasión, jugó lejísimos del área. No estuvo mal, pero no fue decisivo y sigue sin mojar en el Mundial.

El mejor inglés fue un Maguire imperial en el área. Un frontón ante todos los centros americanos. Sacó todas. Su cabeza fue un imán para los envíos estadounidenses. El defensa del United está reivindicándose en el Mundial. El resto mostró su versión más low cost.

SOUTHGATE SELECCIONADOR INGLÉS

Estados Unidos no notó el atracón de Acción de Gracias. No les pesó la tripa. Estuvieron finos, livianos, ágiles... ante una Inglaterra plomiza. No se arrugaron y fueron a la guerra con Pulisic como general. El atacante del Chelsea rozó el gol con un tiro al larguero que dejó a Pickford petrificado. Fue la estrella ante las estrellas con las que se cruza cada fin de semana.

En USA hay mucho futbolista Premier —Turner, Robinson, Ream, Adams, Pulisic...— y se notó en el césped. El ritmo americano sobrepasó a Inglaterra en varias fases. Mount se rebeló con un tiro que le sacó Turner. Poco más tuvieron los de Southgate, cuyos cambios apenas modificaron el paisaje.

Bellingham se marchó en el minuto 68 después de estar de incógnito durante toda la noche. No siempre va a jugar de sobresaliente. Tampoco un Saka que se marchó en el 78’. Grealish intentó activar un ataque sin veneno. Inglaterra roza los octavos y Estados Unidos se la jugará ante Irán en un partido que traspasará el fútbol. Todo tras un combate nulo con más soccer que football. 