ESPAÑA: Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON

Punto final. Terminó el Mundial para España. ¡Con lo bien que empezó! Aquél 7-0 a Costa Rica hizo concebir esperanzas. Hizo soñar. Pero ya se sabe: los sueños, sueños son. Y España, que en el fondo se alegraba de este cruce, fue incapaz de hacerle un gol a Marruecos. Ni de penalti. Lo falló hasta Sarabia, al que Luis Enrique dio entrada en los últimos minutos de la prórroga por su habilidad en los lanzamientos...

Se barruntaba lo peor. No había más que ver las caritas de unos y otros al terminar el partido, y especialmente el de los capitanes en el sorteo de los lanzamientos, para ver la alegría en el rostro del capitán de Marruecos y la tristeza en el de Busquets, que tampoco es la alegría de la huerta.

Es muy fuerte fallar los tres penaltis que se tiran en una final importante. No es la primera vez que sucede, conste. Ya le pasó en cierta ocasión al Barcelona en una final de Champions, entonces Copa de Europa. No metió ni uno al

Steaua de Bucarest. Y Schuster ni siquiera hizo el viaje de vuelta del rebote que se agarró.

El partido, por otra parte, fue un canto claro al bostezo. Un partido no feo, sino lo siguiente. Es verdad que España lo hizo mejor (que no bien) que Marruecos, pero sin la menor gracia. Mucha posesión y pocas ideas útiles. Para colmo, Luis Enrique quitó a Asensio (y a Gavi, que también era de los mejores), uno de los pocos jugadores que podía meter un gol. Para comer cerillas. Y lo que más rabia da de esta eliminación es que todo el mundo sabe que España es mejor que Marruecos. En fin, colorín, colorado...

ESPAÑA SE ALEGRABA DEL CRUCE DE OCTAVOS Y FUE INCAPAZ DE MARCAR UN GOL A MARRUECOS