Ansu va sin frenos
EL DELANTERO BRILLA Y ABRE LA CUENTA DE UN PARTIDO QUE ESPAÑA SOLVENTA SIN PROBLEMAS
Asensio destaca de falso ‘9’ y Gavi adorna con un gol su habitual hiperactividad • Laporte hace de lateral izquierdo en un día de laboratorio • Jordania, inocente y respetuosa con el rival, encuentra premio al final
Ansu Fati está sano. Su manera de entender el fútbol, con las redes en las venas, alegró a una selección española que rellenó un encuentro muy amistoso. No había chicha en juego en Amán. Con un rival de plastilina el delantero disfrutó en un recreo montado para estirar piernas y cabezas.
Su voracidad aplaca cualquier intento de rondo. Ansu lo tiene claro. Su misión es alborotar marcadores. La impaciencia es una aliada para un futbolista que vive de la inspiración.
En el seleccionador ha encontrado un cómplice. Luis Enrique pide que se olvide que Ansu estuvo lesionado. A unos días del estreno parece una tabla para surfear las dudas. A su lado Asensio y Gavi cuajaron lo mejor de un partido que se irá con un asterisco por el desagüe de la historia.
AMISTOSO DE LIBRO
En el artículo primero de este tipo de amistosos figura que no valen para sacar conclusiones. Esto se invalida en España, capaz de montar debates y tertulias sobre el pestañeo de un futbolista, la botella de un masajista, un peto en el suelo o una imagen congelada.
En Amán la conclusión que selló la caseta española es que Ansu Fati va sin frenos. Desde la izquierda colocó en el radar la portería y ahí montó una verbena con puestos, sonrisas y norias.
Una pena que no encontrara mucha compañía. Tampoco se podía pedir a España una energía nuclear en mitad de partidos, viajes y maletas a medio hacer. El
objetivo menos escrito es que no hubiera lesionados. Se agradece que Jordania entendiera de lo que se trataba. Fue un rival que no dio una mala patada. El apartado de sobresaltos se fue de vacío.
LAPORTE, DE LATERAL
Como socios de tribuna de Ansu aparecieron Marco Asensio, de falso ‘9’, y Gavi. El zurdo montó una conexión en los flecos del área. Le faltó enseñar más el disparo que necesita una selección a la que no le sobran los goles. El mediapunta no es el mismo que hace dos meses.
Unos metros más atrás se mostraba el ‘Golden Boy’ con su hiperactividad habitual. Cuando arrancaba no había musculatura jordana que le atrapase. El gol fue el premio a un futbolista que juega igual un amistoso que una emboscada en el Allianz Arena.
Ellos ponían colorete a un once de Luis Enrique cocido en el laboratorio. Ante la lesión de Gayà, y para mimar a Jordi Alba, fue Laporte el encargado de hacer de lateral izquierdo. No había motivo para que imitara a Roberto Carlos. Se ubicó ahí y cumplió sin fuegos artificiales. Robert Sánchez fue el guardameta titular y Busquets y Rodrigo reposaron de inicio. Busi y Pedri no pisaron la hierba.
Jordania, en la covacha (puesto 84) del ránking FIFA, mezclaba su animosidad con despejes de novato. Su entramado se desmoronó pronto. Asensio pasó a Ansu Fati y el disparo de este encontró la colaboración del meta Al Fakhouri que se venció sobre el verde como si tuviera plomo en las caderas. El que apostara en ese momento por una goleada pecó de alegre.
España, ante una hierba con demasiadas chepas, pisaba poco el área y no probaba a un portero que no parecía una muralla.
En un regalo navideño Pau Torres perdió un balón en la frontal ante Al Naymat y su disparo lo rechazó con autoridad Robert Sánchez sin mancharse el traje. En el segundo tramo del partido le relevó Raya, que entró con querencia por la emoción. Un balón infantil pareció que lo cogió con las manos fuera del área. Menos mal que no había VAR y que el árbitro también entendía el programa de festejos. Se quedó en una falta y unas risas.
UN FINAL IRREGULAR
La entrada de España en la segunda mitad no fue académica. La solución llegó regada de juventud. Antes de que el partido entrara en una sala de sopor y vaho Gavi colocó el segundo gol con la izquierda.
La colección de cambios llevó a Rodrigo otra vez al puesto de central. El mediocentro del City se empleó ahí en Lisboa y la buena nota de aquel día le ha situado en la rampa de alternativas. Otro debate entretenido para próximas fechas.
Luis Enrique cambió la foto de la selección casi por completo. Otro de los relevos fue Nico Williams, letal en un balón en el área que colocó en la red con la izquierda, algo inusual en él. El interior tampoco va de tímido.
El Ciudad de Amán ya tenía dueño, pero el último perdigón fue de Jordania, que se apuntó un gol celebrado como un Mundial. Ahora queda imaginar episodios grandes. La nueva ilusión está en Ansu Fati.
NICO WILLIAMS TAMPOCO VA DE TÍMIDO Y SELLA UN BUEN TANTO