EL MISTERIO DEL ONCE DE LUIS ENRIQUE
Acabado el misterio de una prelista (que nunca entenderé para qué sirve) y de una lista, en la que por lesión puedes llamar a quien te plazca, estamos con el morbo del once que jugará ante Costa Rica. Del amistoso ante Jordania no merece la pena hablar, fue un entrenamiento con árbitros, pero no me mete a nadie de titular ni me lo saca. Esa tarea es para Luis Enrique. Y como se mostró contento tras la pachanga, me deja tranquilo. Lo que sí veo es que Luis Enrique cambia mucho de combinación, no repite alineación, con lo cual estoy seguro de que, si hacemos nuestra quiniela, acertaremos en seis, siete, ocho jugadores y nos sorprenderá con dos o tres seguro. ¿Para qué jugar a adivinos? Esperemos y ya estaremos de acuerdo o en desacuerdo cuando veamos el once. Y cuando acabe el partido, dependiendo de si hemos ganado o perdido -se puede empatar-, nos pondremos de un lado u otro, pero observo dos grupos diferenciados en torno a la figura del gran ‘ cromo’ de la selección, que es Luis Enrique. Así lo quiere y así lo asume, y demuestra su personalidad cada vez que comparece públicamente. Para mí, el día que juega España siempre será especial. Lo fue desde mi niñez y lo sigue siendo. Tengo mis opiniones sobre el momento que atravesamos, pero son irrelevantes, estamos en los días de la ilusión y no en los de mirar al banquillo, a los seleccionados o a los rivales. Tiempo tendremos para el análisis y no sobre impresiones que, por mucho fútbol que todos hemos visto, no dejan de ser conjeturas. Y la realidad suele superar a la ficción, y mucho más en un juego que se ha igualado de tal manera que ya casi nada sorprende.