Un superhéroe para romper con 32 años de espera
ES EL GOL DE MIJATOVIC, NO NECESITA MÁS PRESENTACIÓN. EL MONTENEGRINO ABRIÓ UNA NUEVA ERA EN LA CHAMPIONS. “ES LA MÁS GRANDE”, EXPLICA EL CONQUISTADOR DE LA SÉPTIMA
Para los niños de hoy es difícil entender que el Real Madrid se pasó 32 años sin ganar la Copa de Europa. Pero eso forma parte de la leyenda del emperador de la Champions. Fueron 32 años y nueve días, del 11 de mayo de 1966 y el gol de Serena al Partizan al 20 de mayo de 1998 y el de Mijatovic a la Juventus. 11.697 días en los que el Madrid lo intentó todo para recuperar la competición que lleva en la sangre. España cambió de régimen, Europa se unió como nunca antes, cayó el bloque del Este. Por el salón de mando del Bernabéu pasaron cuatro presidentes (Don Santiago, Luis de Carlos, Ramón Mendoza y Lorenzo Sanz), 15 entrenadores, jugadores extranjeros de primer nivel, una generación única de canteranos llamada Quinta del Buitre... Pero la Copa de Europa no llegaba nunca. Lo más cerca que estuvo el Madrid de ganarla fue el 27 de mayo de 1981, el día que perdió, ante el Liverpool en París, la única final jugada entre 1966 y 1998.
Esa travesía en el desierto que hoy parece imposible, y que dio hasta para el célebre anuncio en el que un aldeano perdido en el tiempo se preguntaba si el Madrid era otra vez campeón de Europa, tocó a su fin cuando el reloj pasaba diez minutos de las diez de la noche del 20 de mayo de 1998.
EL GOL DE MIJATOVIC
Hay goles que quedan bautizados de por vida. El de Mijatovic a la Juventus es uno de ellos. No necesita más presentación. Son cuatro palabras que bastan para identificar el remate del montenegrino que batió a Peruzzi y llevó la anhelada Séptima a las vitrinas del Madrid.
Es una diana rodeada de polémica, de misterio. “Es fuera de juego”, dice Marcello Lippi, entrenador aquella noche de la Vecchia Signora. “No lo era”, argumenta con la misma contundencia Mijatovic. La
realidad es que no hay una sola imagen que aclare totalmente si lo era o no. De lo que no hay duda es de que el alemán Helmut Krug le dio validez. La historia de la Copa de Europa entraba en una nueva dimensión, en la que sigue inmersa. “Ese gol me cambió la vida”, explica Mijatovic. La suya y la de la Champions porque desde entonces el Madrid ha ganado 7 de las 26 finales jugadas, algo que se puede elevar a un tercio (9 de 27). Una barbaridad.
LA MÁS ESPECIAL
Vicente del Bosque, entrenador del Madrid campeón de Europa en 2000 y 2002, no tiene dudas cuando se le pregunta por la Séptima. “Es la más especial por todo lo que tenía detrás, por tantos años de intentar ganarla sin éxito. En Ámsterdam vi a empleados del club de toda la vida llorando. Esas lágrimas explican la Séptima”.
Mijatovic coincide con el salmantino. “Para mí la Séptima es lo más grande. Mis excompañeros, los que ganaron más, hablan de ella como la más importante. La celebración fue impresionante. Bajamos en unos descapotables desde el aeropuerto hasta Cibeles. Las calles estaban llenas de gente. Jamás me pude imaginar que pudiera pasar algo así. Luego, los que siguieron y ganaron más Champions, como Raúl, Fernando Hierro o Roberto Carlos, siempre dicen que la celebración de la Séptima fue única, inigualable, inolvidable”.
Han pasado 26 años desde la final de Ámsterdam. El Madrid vio al Milan colocarse a dos Copas de Europa (9-7 entre 2007 y 2014, y llegó a estar a una entre 1994 y 1998). Si es campeón en Wembley esa distancia será 15-7. Porque el gol de Mijatovic en Ámsterdam cambió la historia.