“¡IMAGINÉMONOS COSAS CHINGONAS!”

Fue en la antesala del Mundial 2018 cuando Javier Hernández Balcázar, más conocido como ´Chicharito’, dijo la frase más carismática del campeonato que se disputó en Rusia antes de que la pelota comenzara a rodar. Cuatro años después, dicho país no está reconocido ante la FIFA y el delantero no ha sido convocado (sorprendentemente) con México. No hagáis nunca planes a largo plazo. El por aquel entonces jugador del West Ham decidió cambiar el tercio de una entrevista donde insistió en que la modesta selección azteca no debía ponerse límites en el torneo. “¿Por qué no podemos ser Grecia en la Eurocopa? ¿Por qué no podemos ser el Leicester de la Premier

League?” espetó el de Jalisco con un tono que rondaba en- tre la indignación y la ilusión.

Esas cuestiones reflexivas que derrochaban confianza retornaron a mi memoria cuando escuché a Aymeric Laporte en rueda de prensa. Fue cuando el compañero de la Cadena SER Antón Meana le preguntó por qué España puede ser campeona del Mundo. El zaguero no se recreó tanto como Chicharito y fue tajante: “¿Y por qué no?” En ese momento, todos hicimos un ejercicio en nuestra cabeza para intentar rebatir el despeje del central del Manchester City. Confieso que a mí me costó bastante encontrar motivos para contradecirle, aunque haberlos haylos (expresión aceptada por la RAE). Sin embargo, la respuesta me pareció oportuna, correcta, enérgica, brillante... chingona. Muy pocas cosas en la vida salen adelante sin convencimiento. En las calles de España, quizá por el frío impropio de una fecha mundialista, se palpa mayor esperanza en el sorteo de Lotería del que nos separa un mes que en la participación de España que comienza hoy. Solo me paso por aquí para recordar que, a diferencia de mensajes de igualdad, durante este torneo no sacan tarjeta amarilla por soñar. Eso, y que el psicólogo de Costa Rica, nuestro rival hoy, ha convencido a algunos de sus jugadores de la posibilidad de... ¡Ser campeones! Eso sí que es ser bien chingón.

SIN CONVENCIMIENTO MUY POCAS COSAS EN LA VIDA SALEN ADELANTE