Inglaterra va a pelear
BELLINGHAM DESATASCÓ A UNA SELECCIÓN BRITÁNICA QUE DOBLEGÓ FÁCIL A SENEGAL El centrocampista del Dortmund asistió en el 1-0 a Henderson y gestó la contra que se convirtió en el 2-0 de Kane • Senegal asustó a Pickford con 0-0 pero no fue capaz de reaccion
Crónica
Jude Bellingham es el único jugador de la convocatoria inglesa que no juega en la Premier. Y como los suyos pueden llevar un tiempo sin verle, se ha llevado a Qatar todos los dibujos y los trabajos que ha hecho durante su estancia en Alemania, para enseñárselos a los aficionados ingleses y a todo aquel que quiera mirar. Frente a Senegal sacó de la carpeta lo aprendido en la asignatura ‘Desatascar partidos’ y en dos demostraciones prácticas metió a Inglaterra en cuartos. Un desmarque para provocar una grieta en el dique africano con el 1-0. Una conducción desde su propia frontal del área para convertirla en una vía de agua imposible de tapar con el 2-0.
Hasta ese 1-0 que lo cambió todo, la actuación británica fue decepcionante. Sabíamos que Maguire, sea la hora que sea a la que juegue Inglaterra, tiene cara de acabar de despertarse de la siesta. Pero ante Senegal el equipo entero salió con legañas y la movilidad inglesa durante más de media hora fue parecida a la de un futbolín. Hizo falta que Bellingham se desatornillase y rompiese una línea para que Inglaterra se liberase de sus ataduras.
Para entonces Senegal se lo había empezado a creer. Ante la pasividad inglesa, los africanos empezaron a correr y a soltar zarpazos. En uno de ellos pudo haber mano de Stones dentro del área. En otro, Boulaye Dia obligó a Pickford a hacer un paradón para evitar el gol senegalés. Pero aunque los de Cissé estaban comprando más papeletas, el premio cayó en su propia área.
Habíamos dejado a Bellingham soltándose del manillar del futbolín para tirar un desmarque mientras le guiñaba un ojo a Harry Kane, uno de esos delanteros que pasan más tiempo en el campo base que haciendo cumbre. Kane le puso el balón en profundidad y el centrocampista del Borussia Dortmund se lo cedió a Henderson en el corazón del área para que lo empujase al fondo de la red.
Senegal se diluyó y Bellingham no perdonó. Peleó un balón cerca de la frontal del área de Pickford, lo ganó, lo cuidó hasta cruzar con él la medular y se lo entregó a Foden para que le inyectase la última gota de veneno a la contra con un toque rápido hacia Kane, que se quedó solito ante Mendy para fusilar y sumar su primer gol del Mundial un segundo antes del pitido final del primer tiempo.
Tras el descanso, con una Senegal con más ganas de dejar una buena imagen que con opciones reales de remontar, Inglaterra se dedicó a cuidar el balón y repartir minutos. Y aún así encontró tiempo y espacio para hacer el tercero. Foden peleó un balón suelto en banda, descubrió a Saka solito en el área y le sirvió en bandeja la pelota para empujarla a la red.
En 2014, Inglaterra quedó última del grupo que compartía con Costa Rica (primera), Uruguay (segunda) e Italia (tercera). Aquella catástrofe tuvo continuidad en la Eurocopa 2016, cuando “un país que tiene más volcanes que jugadores profesionales”, como dijo Lineker de Islandia, les echó en octavos de final. Y entonces llegó Southgate. Con Gareth en el banquillo, los inventores del fútbol han jugado una semifinal de Mundial en 2018 y una final de Eurocopa en 2021. Cada vez más cerca de tocar el oro. Para acceder a la cámara secreta que guarda el tesoro en Qatar le quedan tres pantallas, pero en la siguiente espera un Mbappé que si no es el jefe final del juego se le parece bastante. Inglaterra afila las uñas y acepta el reto.