EL REAL MADRID
Una de las claves para que un equipo consiga sus objetivos en una temporada es el rendimiento goleador de sus hombres de la segunda línea. Todo el peso anotador no puede recaer en los delanteros, sino que los centrocampistas tienen que ayudar en esta faceta. Y es un tema en el que el Barcelona debe mejorar con urgencia por lo que se ha visto en lo que llevamos de temporada.
Si echamos un vistazo a los números, vemos que los centrocampistas azulgranas solamente llevan siete goles en los 20 partidos oficiales que ha disputado el equipo en esta temporada. Son muy pocos. Pedri es el mejor realizador de los centrocampistas con tres dianas, seguido de Frenkie de Jong con dos, y Kessié y Pablo Torre con uno. Busquets y Gavi no se han estrenado todavía en la actual campaña.
A este ritmo, la progresión es de 20 o 21 goles al final de la temporada dependiendo de los partidos que dispute el equipo. Si se compara con los goles que metieron los centrocampistas del Barcelona en los años en los que fue campeón de Europa, los actuales registros están lejos de los conseguidos entonces. En la 2008-09 la medular culé metió 27 goles, y dos años después sumó 26. Es cierto que en la 14-15, el de la última Champions culé, el centro del campo solamente aportó nueve goles, pero en aquel equipo el tridente ofensivo formado por Messi, Neymar y Suárez dejaba poco espacio para otros goleadores. Los tres delanteros alcanzaron ese año los 80 tantos.
La comparativa sí se puede establecer en esta temporada, por ejemplo, con el Real Madrid, cuyo centro del campo ya ha convertido 14 dianas gracias al notable acierto de cara al gol de Valverde (8) y Modric (5). Unos datos que dejan claro que el Barcelona tiene que acumular más goles de sus centrocampistas.
Y es algo que saben Xavi y la Dirección Deportiva. Quieren jugadores de segunda línea que ofrezcan un mayor rendimiento goleador. Cuando vayan al mercado, uno de los factores clave que se tendrá en cuenta a la hora de fichar es el número de goles anotados.
BERNARDO SILVA
Por este motivo, el portugués es un jugador que gusta tanto en Can Barça. Bernardo Silva anotó la pasada temporada 11 tantos solamente contando la Premier y la Champions League. Y esta ha sido la tónica a lo largo de su carrera. Es un centrocampista que tiene una excelente llegada a la portería rival.
Nadie esperaba la explosión de Alejandro Balde. Desde la planta noble del Camp Nou creen que tienen a una perla que puede hacer una carrera de muchos años en el club, y desde el vestuario están perplejos con su aportación. Un rendimiento que no fue de la misma magnitud la pasada temporada cuando tuvo minutos en el primer equipo, donde además jugó varias ocasiones en posiciones adelantadas.
Antes de la llegada de Marcos Alonso, la Dirección Deportiva valoraba la cesión del joven lateral. Todo cambió cuando iba avanzando el mes de agosto. Marcos Alonso todavía no era futbolista azulgrana y Balde tenía que empezar la temporada como suplente de Jordi Alba. Tras el primer empate contra el Rayo Vallecano, Xavi quiso darle una oportunidad en Anoeta y, desde entonces, se ha vuelto un fijo en las alineaciones tanto por la izquierda como por la banda derecha.
Pero, precisamente, no se puede entender la temporada de Balde sin la presencia de Alba. El internacional absoluto está siendo un guía para el canterano, que todavía tiene errores de novato. Un ‘profesor’ al que Balde escucha atentamente, pues lo lleva siguiendo años desde que era uno más en La Masía.
ALBA, UN MODELO
En la etapa cadete ya se fijaba en él. Le hacían fijarse en el lateral del primer equipo con vídeos y partidos en directo. La relación entre ambos es buena y, sobre todo, fluida. Más que en aspectos ofensivos, donde Balde está deslumbrando, está muy encima en aspectos defensivos, de posicionamiento. Para el canterano, Alba siempre ha sido un referente. Un ídolo, como ha publicado en sus redes sociales. También ha sido muy importante para la integración en el vestuario del primer equipo, algo que siempre es difícil para un chico que llega desde abajo. No por el vestuario en sí, pero sí por la timidez, pieza característica de la personalidad de Balde. Profesor y alumno. Una relación de la que ambos están orgullosos y de la que sólo pueden salir cosas positivas en clave Barcelona.
ALBA SIEMPRE HA SIDO UN ÍDOLO Y UN MODELO A SEGUIR PARA ALEJANDRO BALDE