CAMBIO DE GUARDIA EN QATAR
En el que para mí está siendo el mejor mundial de la historia, al menos de mi historia que arranca en Argentina 78, se está produciendo un evidente cambio de guardia futbolística que tardaremos tiempo en repetir. Las carreras de muchos jugadores se rigen precisamente por esta clase de eventos. Mundiales y Eurocopas que sirven de colofón según que edades se van cumpliendo. Y en este 2022 se van los mejores de siempre. Al menos desde que el fútbol se retransmite en color. No se jubilan, seguirán dando batalla en sus clubes, pero muy probablemente dejarán de representar a sus respectivos países para disfrutar de un final de carrera un tanto menos exigente. Hablo de Leo Messi y
Cristiano Ronaldo. Pareja sin parangón. Aunque podría añadir a porteros como
Neuer, Lloris y Keylor, defensas como Thiago Silva o Godín, mediocampistas como Modric,
Busquets o Muller y delanteros como Lewandowski, Benzema y Luis Suárez.
Se podría añadir alguno más que quizá no lo sepa. Que es posible que tenga en mente estirar el chicle y llegar a la cita norteamericana con treinta y largos como Griezmann, Hazard o Neymar.
Por eso activamos el radar en las nuevas juventudes. En esos jugadores que llegan justo detrás de Mbappé quien abandera el relevo generacional porque incluso los dioses tienen fecha de caducidad. Ya los habrás apuntado. Muchos de ellos juegan en nuestra liga y nos sabemos de memoria sus capacidades y virtudes. Vinicius, Rodrygo, Valverde, Tchouameni, Gavi, Pedri, Joao Félix, Bellingham o Musiala. Jugadores modernos en la mayor parte de los casos. Con grandes dotes técnicas y una capacidad física brutal. De fútbol dinámico, versátil, aunque sin tanta magia como la vieja guardia que deja un legado con impuesto de sucesiones, es decir, difícil de heredar.
El universo Fifa toca la corneta en Doha. Por delante una treintena de partidos, la mitad de las selecciones haciendo las maletas y un único campeón el día 18.
Es la hora del cambio de guardia.
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