Marca Mallorca

HARAKIRI NIPÓN

- Joel del Río

Amparados por una disciplina y un método que en Qatar les han dado resultados, los hombres de Moriyasu saltaron al césped del Al Janoub con la idea de adaptarse al dibujo de Croacia. Porque en su pizarra, la posesión no es innegociab­le, pero su intención nunca es despreciar­la. El secreto de la revelación del torneo, los samuráis azules, es mantener la calma con unas técnicas mentales que duermen al rival y unas estrategia­s orientadas a obtener el máximo rendimient­o para alzarse con la victoria. Y por ahí nació el sueño nipón, hasta su harakiri en los penaltis.

Con más agresivida­d y valentía en la presión, Japón enseñó al planeta fútbol que su intención no era jugar defensivam­ente contra Alemania y España, sino que es el rival quien provoca las variacione­s en su estrategia final. Y con Modric y Kovacic perdidos en el bosque táctico nipón, el combinado arlequinad­o basó su juego en posesiones estériles y en los errores de Tomiyasu. El resultado era un reparto equitativo de las ocasiones de peligro, hasta que el balón parado dictó sentencia.

Para alcanzar la final del Mundial de Rusia en 2018, la selección croata ya sobrevivió a dos tandas de penaltis (ante Dinamarca en octavos de final y Rusia en cuartos de final) y ganaron un tercer cruce en la prórroga.

Dos córners en sólo tres minutos sirvieron para meter el miedo en el cuerpo de los futbolista­s croatas. En el primero perdonó Kamada, pero en la segunda jugada de estrategia, Maeda empujó con el alma un balón que servía el 1-0 en el minuto 43.

Una diana para el delantero del Celtic que ponía a Japón por primera vez en el Mundial por delante en el marcador.

Ya en el baile de los 22 protagonis­tas en la segunda parte, apareciero­n dos croatas, uno de ellos era un invitado especial que cumplió una función a la que no nos tenía acostumbra­dos. Lovren puso un gran centro lateral y Perisic, que siempre resurge en este tipo de citas, se inventó un testarazo letal para firmar la igualada. Partido de cero, pero el único triunfador fue el miedo.

El tanto durmió por completo el partido y los 30 minutos que nos regalaron la primera prórroga del Mundial tan sólo sirvieron para provocar un bostezo general. El único camino posible para acabar con esta tortura china fueron unos penaltis que provocaron el harakiri de tres japoneses. Apareció el Samurái Livakovic y Croacia alcanzó los cuartos de final. 

Estos jugadores mostraron el futuro del fútbol japonés”

MORIYASU SELECCIONA­DOR DE JAPÓN

Me siento genial, es el momento más feliz de toda mi carrera”

DOMINIK LIVAKOVIC PORTERO DE CROACIA

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