La ‘ley’ de memoria histórica del Eintracht
El club alemán revocó en 2020 a Rudolf Gramlich como presidente el honor ante las evidencias de haber participado con las SS en crímenes de guerra durante la ocupación nazi de Cracovia en la II Guerra Mundial
El miércoles, en Helsinki, se reencuentran el Real Madrid y el Eintracht de Frankfurt. Se juegan un título europeo, la Supercopa, como hace 62 años hicieron en Glasgow en una de las finales más legendarias de la Copa de Europa, la del 7-3 con cuatro goles de Puskas y tres de Di Stéfano.
Aquel 18 de mayo de 1960, en el palco de Hampden Park, el máximo representante del Eintracht era su presidente, Rudolf Gramlich, Rudi para los cercanos. Era un hombre de fútbol. Había jugado más de 200 partidos con el equipo que entonces presidía, 22 con la selección alemana, había estado en el Mundial de Italia de 1934 y dos años después fue el capitán alemán en los Juegos de Berlín. Allí jugó por última vez con Alemania, la tarde en la que Hitler se marchó enfurecido del Poststadion tras ver caer a su selección en cuartos de final por 0-2 ante Noruega con dos goles de Isaksen, un apellido de claras raíces judías.
Pero no era ése el único fútbol que Gramlich conocía. Pocos sabían entonces que había sido entrenador y jugador de un equipo que participó en el campeonato organizado por las autoridades alemanas en la Polonia ocupada. Era elSS To tenkopf stand arteKra ka u, el que llevaba por nombre el de la unidad de las SS conocida por la de la calavera por su divisa y por ser la encargada de organizar los campos de concentración nazis.
En Glasgow, en 1960, nadie unía la figura del presidente del Eintracht a los crímenes de la II Guerra Mundial, al horror que después de 15 años Europa trataba de olvidar refugiándose en los juicios que tuvieron a Nuremberg como epicentro. Gramlich estaba seguro. Solo quedaban sombras a las que nadie prestaba atención. Porque tras el conflicto bélico, en 1947 y en Frankurt, fue detenido por tropas estadounidenses y llevado a juicio. Todo SS que hubiera estado en Cracovia era sospechoso de colaborar en los crímenes de guerra contra judíos y polacos en una ciudad que los nazis veían como su paraíso hasta el punto de llegar a planear volarla entera antes de la derrota
Del juicio, Gramlich salió sin condena debido a las lagunas que acompañaban a su caso y los testimonios exculpatorios a su favor de mandos de las SS. Devuelto a la vida civil, Rudi regresó al deporte para ser una figura prominente del fútbol alemán. Además de presidir al Eintracht, fue una figura muy importante en la Federación alemana, hombre clave para entender la lucha contra la crisis económica que sacudió con fuerza a los clubes de la Bundesliga en los años 70.
En 1970, tras presidir al Eintracht desde 1955 y ganar la única Liga que tiene el equipo del Meno (1958-59), abandonó la presidencia. Murió en marzo de 1988 sin que nadie mirase a su pasado con la calavera en la gorra y en el cuello.
Pero la muerte no evitó que el tiempo rescatase testimonios para reconstruir
la vida del miembro número 312.300 de las SS y el carnet 7.654.631 del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán.
LOS GOLDSCHMIDT Y LOS KASTELLAN
Iban apareciendo documentos y el nombre de Gramlich saltó a la luz en relación al pogromo de la Noche de los cristales rotos (noviembre de 1938). Entre la documentación aparecida estaba una denuncia de Ellen Goldschmidt. Explicaba que, tras el estallido antisemita de noviembre de 1938, su padre (Hans
Gramlich aceptó el reinado violento de los nacionalsocialistas”
Participó en el régimen terrorista alemán en los territorios ocupados”
Lo documenta su membresía en las SS y el NSDAP, dos organizaciones criminales”
PETER FISCHER Presidente del Eintracht
Goldschmidt) fue deportado al campo de concentración de Buchenwald, junto a su socio y suegro, Herbert Kastellan.
El 21 de diciembre de 1938, Hans Goldschmidt fue liberado. Al regresar a Frankfurt se vio obligado a vender el negocio levantado con su suegro. “A cambio de un sándwich, y con amenazas de las SS y las SA, nuestro padre tuvo que vendérselo a Eugen Fabian y al Sturmführer, Rudolf Gramlich”, contó Ellen Goldschmidt. Así nació la empresa Fabian Gramlich OHG, que funcionó hasta su disolución en 1956.
Los Goldschmidt tuvieron suerte gracias a que el cabeza de familia tenía un buen contacto en la Gestapo, August Presser. Lograron salir de Alemania y poner rumbo a los Estados Unidos; los Kastellan, no. Sus raíces estaban en Polonia (Poznan) y eso les convertía en condenados en vida. En vano trataron de lograr documentos para cruzar el Atlántico. El 19 de octubre de 1941, el matrimonio fue sacado de su casa en el 87 de la Bürgerstrasse.
Les llevaron al punto de salida de los trenes de la muerte en Frankfurt, Groaamarkthall. Su destino era el gueto de Lodz, en Polonia, Allí se les perdió el rastro para siempre.
La acumulación de pruebas y sospechas en contra de Gramlich creció de tal manera que el 24 de enero de 2020 el Eintracht anunció que revocaba la concesión de presidente de honor que le había concedido por su labor al frente del club en dos etapas (1938-1942 y 1955-1970). La decisión fue votada y aprobada el 26 de enero, víspera de la conmemoración de la liberación de Auschwitz, en la asamblea del Eintracht. “Rudolf Gramlich aceptó el reinado violento del nacionalsocialismo. Esto se documenta a través de su liderazgo en el club, su membresía en las SS y el NSDAP, dos organizaciones criminales y, especialmente, a través de su participación en el régimen terrorista alemán en los territorios ocupados”, explicó entonces Peter Fischer, presidente del Eintracht. ●