JUGAR UN MUNDIAL ES LO MÁS GRANDE QUE HAY
Jugar un Mundial es lo más grande. Creo que antes incluso más, porque no había el seguimiento que hay ahora, que te echan todos los partidos por televisión, y tampoco los aficionados conocían a
todos los jugadores como ahora. En mi época, era en la selección donde te hacías más conocido, sobre todo a nivel internacional y si eras de un equipo como el nuestro.
Mi sensación, cuando echo la vista atrás, es que no te das cuenta de todo lo que es un Mundial, porque estás metido en la competición. Antes estuvimos 10 días en La Molina, la estación de esquí, sólo nosotros, con Policía, y luego en El Saler. Fue un mes de concentración, solos, mientras veías que había selecciones incluso con sus mujeres... Fue demasiado tiempo concentrados, más que preparar un Mundial pareció una pretemporada.
Puede que, por el hecho de jugar en casa, se nos alejase un poco del foco, del poco que había. Antes la atención se centraba en los partidos, poco más, ahora se sigue todo lo que hacen las selecciones, sobre todo algunos jugadores que son estrellas del fútbol mundial.
Lo que más lamento es la sensación con la que terminamos, podíamos haberlo hecho mucho mejor. Llegamos al Mundial después de haber tenido muy buenos resultados, ganando a Inglaterra en Wembley, a la Polonia de Boniek y Lato, empatando con la Francia de Platini, estando cerca de ganar a Brasil, aunque al final perdimos 1-0. Había una gran selección, pero las cosas no se hicieron bien, en cuanto a concentración, los partidos...
El gran recuerdo es que fuimos muchos de la Real Sociedad, acabábamos de ser dos veces campeones de Liga, con todos de casa, algo incomparable a todo lo que ha podido venir después. En este Mundial no va nadie con España de la Real, y eso que hay varios futbolistas a los que Imanol Alguacil ha sacado su mejor nivel, pero ya estoy esperando que empiecen los partidos para ver qué hace la selección. Es un Mundial diferente, por fechas y horarios, y apetece ver cómo se desenvuelven las selecciones favoritas.