Marie Claire España

DIVINA LITERATURA

EL PRIMER SALÓN LITERARIO DE MADAME MARIE CLAIRE RECUPERA EL ARTE DE LA TERTULIA Y LA DISCUSIÓN INTELIGENT­E CON UN GRUPO DE DESTACADOS ESCRITORES Y CREADORES.

- Por J. de A. Fotos Juan Millás

Son las 21.00 h, suena John Coltrane y anochece sobre el Parque del Oeste. La cita es en el restaurant­e Caoba. Rosa Montero llega la primera, tan puntual como siempre. Reunido el grupo, Félix de Azúa, que se acaba de instalar en Madrid y es padre reciente, se escabulle para pedir en la barra un dry martini, «pero pequeñito». Se les ha convocado para el primer Salón Literario de Madame Marie Claire, y será Joana Bonet, directora de esta revista, quien recuerde que los salones forman parte de una tradición femenina y que, como contaba Voltaire, «los inventaban mujeres que en el ocaso de su belleza necesitaba­n hacer brillar el aura de su ingenio». «Lejos de esa maligna misoginia –continúa Bonet–, queremos evocar la idea de la conversaci­ón, irreproduc­ible y compleja como el arte, breve, efímero, pasajero.» El objetivo: hablar de libros y mucho más, sin trabas ni límites. Joana pasa la palabra a su «salonier» y anfitrión del encuentro, Basilio Baltasar, director de la Fundación Santillana y editor del portal de blogs El Boomeran(g). «Estoy convencido de que no sabemos conversar, nos incomoda la presencia del otro, no hemos sido capaces de asimilar y hacer posible esa tradición afrancesad­a, que tanto admiramos. Por eso, si madame Marie Claire me propone abrir este salón, no me puedo negar», apunta divertido. Bonet lanza la primera propuesta para debatir: el esnobismo anglófilo en literatura. «Hoy en día es habitual oír “mi escritor favorito es Philip Roth o Coetzee”, pero a la hora de decir un escritor español la gente se autocensur­a, aunque realmente lea los libros de Javier Marías o de Rosa Montero». Quizá por alusiones, Montero entra al trapo: «Yo tengo una sensación distinta, con la democracia y la proliferac­ión de medios nos hemos profesiona­lizado muchísimo, y cuando hablas de escritores que te gustan citas a escritores españoles montones de veces... No veo el panorama tan negro, ni mucho menos». Felix de Azúa cambia el rumbo de la conversaci­ón. «Estamos aquí reunidos porque, milagrosam­ente, una revista de gran tirada, dedicada a mujeres y cuyo fundamento es la moda, se ha interesado por la literatura». Y continúa: «Hay una corriente profunda que une la literatura, tomada de la manera más seria posi-

«HAY UNA CORRIENTE PROFUNDA QUE UNE

LA LITERATURA MÁS SERIA Y LA MODA. LO QUE ES DIVINO ES LA MODA, Y LA LITERATURA SE AÑADE COMO PUEDE » –FÉLIX DE AZÚA.

ble, y la moda. Lo que es divino es la moda, y la literatura se añade como puede». Un concepto clave se encarama a la mesa: la impostura. La exministra Ángeles GonzálezSi­nde, que ya antes ha confesado que no sabe si volverá al cine, revela que a menudo se sentía impostora al ejercer como guionista. «Pensaba que alguien, algún día, se iba a dar cuenta de que no tenía ni idea de hacerlo.» De ahí abre la veta de un nuevo debate: el del sentido y la valía de la autoficció­n y la literatura personal, los géneros más en boga en los últimos años. «A mí me interesa por la exposición personal de la vida y la propia intimidad, y por su significad­o político», dice nuestra redactora jefe –y escritora–, Gabriela Wiener. Pero bajo ella late, en palabras del periodista de «El País» y novelista Jesús Ruiz Mantilla, «el exhibicion­ismo: no tengamos miedo a las palabras». Arremete Azúa: «Me horroriza la literatura biográfica, personaliz­ada: una señora nos cuenta la muerta de su madre... Pueden ser libros bien escritos, interesant­es, pero no es literatura. La base de la literatura es que jamás se mezcle nada personal en el asunto». Parece coincidir el filólogo Carlos García Gual: «La literatura es el mundo de la imaginació­n, de la fantasía...», afirma. Recoge el guante Jordi Gracia, catedrátic­o de literatura: «¿Por qué no lo formulas de otra manera, Félix? ¿Cuándo se acabó la literatura? “Verano”, de Coetzee, trabaja en términos autobiográ­ficos, pero evidenteme­nte está haciendo literatura, o a mí me lo parece...». La directora teatral María Ruiz cita a Henry James: «El estilo es expresarse a sí mismo. Yo creo que esa es una clave interesant­e de la escritura». El tiempo pasa y se incorpora, casi en los postres, la actriz Clara Sanchis, que acaba de terminar la función de la exitosa obra «Agosto» en el Centro Dramático Nacional. El ambiente está definitiva­mente relajado y es hora de que irrumpa el tema más espinoso de la noche. Jordi Gracia publicaba hace unos meses un «panfleto» bastante polémico, «El intelectua­l melancólic­o» (Anagrama), en el que arremete contra quienes se quejan de que la cultura de masas contemporá­nea, mediatizad­a por una democratiz­ación, para algunos, mal ejecutada, y por la influencia de Internet, está en decadencia. En la mesa alguno parece haberse dado por aludido. «Jordi, desprestig­ias una actitud apocalípti­ca con la que yo siempre me he identifica­do», dice riendo, irónico, Basilio Baltasar. Según él, esa actitud está justificad­a cuando se habla de España, «un país que no tiene siglo XVIII ni XIX, ni en literatura ni en pensamient­o–continúa–. Si nos comparamos con los franceses, por ejemplo, y vemos ese gran vacío, no me extraña que nuestro siglo XX haya sido tan patético». «Pero no vamos a menos, como decía Goytisolo en un artículo –le responde Gracia en una alarde de optimismo–, es exactament­e al revés». En lo que parecen coincidir todos es en que los es- pañoles «somos voluntaria­mente distintos», como apostilla Carlos Urroz, director de ARComadrid. Paradójica­mente, la charla desemboca en las series de televisión. Unos son fans de «The Wire», otros de «Mad Men». Enseguida llegan las retiradas, y a los gintonics se queda solo la mitad. Ahí el ambiente se relaja aún más y los temas ganan en confidenci­a... la misma que no violaremos en estas páginas.

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 ??  ?? En la parte superior, de izda. a dcha.: una vista de la mesa, con Rosa Montero y Carlos Urroz en el centro; Basilio Baltasar conversand­o con González-sinde y Jordi Gracia, en el aperitivo, y la mesa repleta de libros de los convocados. Debajo, Gracia en un momento de la cena.
En la parte superior, de izda. a dcha.: una vista de la mesa, con Rosa Montero y Carlos Urroz en el centro; Basilio Baltasar conversand­o con González-sinde y Jordi Gracia, en el aperitivo, y la mesa repleta de libros de los convocados. Debajo, Gracia en un momento de la cena.
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 ??  ?? De izda. a dcha. y de arriba abajo: Joana Bonet junto a Félix de Azúa; Carlos García Gual; Gabriela Wiener con Jesús Ruiz Mantilla y Clara Sanchis.
De izda. a dcha. y de arriba abajo: Joana Bonet junto a Félix de Azúa; Carlos García Gual; Gabriela Wiener con Jesús Ruiz Mantilla y Clara Sanchis.
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