LA PIEL QUE HABITAS
EL DESCUBRIMIENTO DE UNA NUEVA ENFERMEDAD MARCA UN HITO EN LA HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA.
Baños de leche de burra y miel para suavizar la piel, aceite de oliva y arena fina para hidratarla y protegerla del sol, mezcla de plomo y vinagre para aclararla… Desde Cleopatra hasta nuestros días, no ha existido una civilización que no haya buscado maneras efectivas de cuidar la piel y mantener la juventud y belleza del órgano más grande de nuestro cuerpo (puede medir dos metros cuadrados y pesar una media de cinco kilos) y uno de los más importantes a la hora de protegernos de las agresiones del entorno. Las enfermedades dérmicas más comunes, como la dermatitis atópica, el acné o la psoriasis, ya aparecían registradas en uno de los prime- ros tratados médicos que conocemos, el papiro Ebers, que se redactó cerca del año 1.500 a. C., y aún hoy siguen siendo objeto de investigación. Mucho más tarde, en 1801, el alemán Johann Ritter descubrió los rayos ultravioleta, pero hubo que esperar más de un siglo hasta que se comercializaran las primeras cremas con filtro solar, patentadas por L’oréal y Piz Buin. Ahora, un equipo de dermatólogos franceses liderado por el doctor Saurat (profesor de Dermatología en la Universidad de Ginebra, presidente de la Liga Mundial de Dermatología y especialista en envejecimiento cutáneo) ha dado un paso más en el estudio de la piel identificando una nueva enferme-
LA NUEVA ENFERMEDAD DE LA PIEL CONOCIDA COMO DERMATOPOROSIS, ES EL EQUIVALENTE A LA OSTEOPOROSIS EN LOS HUESOS.
dad dérmica: la dermatoporosis, que sería el equivalente en la piel a la osteoporosis en los huesos; es decir, una extrema delgadez y fragilidad del tejido cutáneo que puede aparecer a partir de los 60 años. Los síntomas por los que se reconoce son la disminución del grosor de la piel (muy fina, translúcida y arrugada) y la aparición de hematomas y manchas blancas en forma de estrella (que no son causadas por el sol). Su prevención y tratamiento requieren medidas a largo plazo y un tratamiento continuo, ya que se trata de una enfermedad crónica. Es recomendable evitar la exposición al sol, utilizar emolientes (hidratantes especiales para pieles muy secas, con eczema, etc.) y, según la gravedad, aplicar también corticoides vía tópica. Actualmente, el único producto dermocosmético desarrollado específicamente para atenuar los primeros signos de esta enfermedad es «Denséal» (Avène).
PASO A PASO
Ante el fuerte incremento de la esperanza de vida de las sociedades desarrolladas, la preocupación del sector médico por mejorar nuestra calidad de vida ha aumentado. Hoy, el deterioro de la piel se trata también desde el ámbito médico, no sólo estético. Según un estudio de la marca Avène, en la actualidad el 9,1% de la población española es mayor de 75 años, y la cifra aumentará hasta el 16% en los próximos 40 años. En 2006 el equipo de dermatología de la Universidad de Ginebra realizó un estudio con 202 pacientes de entre 60 y 90 años de edad que demostró que el 32% presentaba los signos clínicos que se atribuyen a la dermatoporosis. El siguiente paso fue observar y comprender cómo evolucionaba la enfermedad para después poder centrarse en desarrollar tratamientos preventivos y curativos. La principal diferencia entre una piel envejecida sana y otra con dermatoporosis es que, aunque ambas puedan tener arrugas y manchas, la primera puede seguir realizando una función mecánica (de barrera protectora), mientras que la segunda tendrá una fragilidad extrema, con aparición de hematomas, problemas graves de cicatrización, grietas...