SUMISATRIX
LA PUBLICACIÓN DE LA TRILOGÍA ERÓTICA DE E.L. JAMES HA ATIZADO EL FUEGO DE UNA TENDENCIA YA EN ALZA: LOS JUEGOS SEXUALES DE DOMINACIÓN Y SUMISIÓN. ¿TE SOMETERÍAS A UN HOMBRE POR DESEO? riamente el libro de James sea tan ocioso como juzgarlo por su compromiso con las reivindicaciones feministas. Finalmente, que muchísimas mujeres sigan identificándose con una trama como esa no dice más sobre las chicas y la humanidad en su conjunto que lo que ya revela el éxito de las novelas de vampiros, los códigos da vincis y los manuales de autoayuda.
SUMISAS AL PODER
Ahora bien, considerar como un reclamo machista que en el centro de la historia y la controversia esté una mujer que decide –dentro de la versión ligth del sadomasoquismo que maneja James– esclavizarse sexualmente a un hombre para su propio deleite voluptuoso, parece ex- cesivo. Todas sabemos que para entrar en la cama hay que dejar las pancartas en la puerta, aunque luego volvamos a la lucha. En los últimos tiempos hemos visto salir a la luz muchos casos de hombres poderosos que gozan de ser sometidos en la intimidad. ¿Por qué no podría efectuarse la misma sublimación en una mujer poderosa que, ejerciendo su libertad sexual, se asume como sumisa? Para Venus O’Hara, bloggera de sexo de «El País» y modelo fetish, la dominación de la mujer por el hombre como fuente de placer es hoy más que nunca un tema tabú, aunque estemos hablando de sexo y fantasía: «Yo, sin embargo, siempre he creído que la persona que interpreta el rol de sumiso es la que realmente tiene el poder. No