Marie Claire España

REÍR ES GRATIS

TRAS 34 AÑOS DE CARRERA, TRICICLE AFRONTA SU ÚLTIMA GRAN PRODUCCIÓN COMO TRÍO ACTORAL. Y, DE PASO, BAILAN UN POCO A SU PROPIO SON.

- Por Lucía Lijtmaer Foto Paola de Grenet

Cuando todo ha terminado, me doy cuenta de que dura cuatro segundos, apenas. «Ven a bailar, mujer», dice Carles Sans. Y me toma de la mano, se la acerca al hombro y tararea dos compases de «La perfidia de tu amor», de Nat King Cole. Durante cuatro segundos estoy bailando un agarrao con Carles Sans, de Tricicle. Aquí estoy, en una oficina soleada, rodeada de pósters, caricatura­s y pinturas del trío catalán más conocido de todos los tiempos, mientras el resto nos mira bailar. Es nuestro momento. Cuatro segundos. Y es que sobre el control del tiempo, Tricicle sabe un rato. El trío formado por Paco Mir, Joan Gràcia y Carles Sans lleva treinta y cuatro años dedicándos­e al gag corto o largo, «a estirar un concepto todo lo que dé de sí», como explica Paco Mir, minutos antes del baile, sentado junto a sus compañeros frente a una mesa de su despacho. Y lo han vuelto a hacer. Tricicle ha regresado con «Bits», un espectácul­o que se basa en el bit informátic­o como unidad para el gag, cada vez más rápido y volátil, que les llevará durante los próximos cuatro años de gira por todo el mundo. Y, han anunciado, será el último espectácul­o de Tricicle como tal. «Seguiremos trabajando juntos, por supuesto, como hemos hecho siempre –aclara Joan Gracia antes de que se desate el pánico–, pero de otras maneras».

SER CÓMICO

Tener a tres cómicos sentados frente a ti con cara seria es tan raro como que un marciano te haga la lista de la compra. En parte es por los artistas en sí. Porque los cómicos tienen truco: uno cree conocer el rostro de un cómico, pero no es verdad. Especialme­nte en el caso de có-

micos gestuales. Mir, Sans y Gràcia tienen rostros que una conoce tanto como el suyo propio, pero únicamente cuando realizan una mueca. Sino, son irreconoci­bles. Y ahora mismo, tan serios, de no ser Tricicle, podrían ser miembros de una junta de accionista­s. Así que hay que sacudirse el estupor de encima y preguntarl­es por lo inevitable. ¿Por qué no más espectácul­os juntos? «Son muchos años y tenemos ganas de hacer otras cosas», explica Mir. «Además, el humor gestual tiene, a la larga, un desgaste físico que se nota. Aunque tú no lo creas, tenemos una edad», dice Sans, guiñando un ojo. Pienso en la trayectori­a: «Exit», «Slastic», «Terrific», «Manicomic» y todos los demás. Y ahora «Bits». Las funciones, noche tras noche, día tras día. El éxito sostenido, espectacul­ar, a lo largo de más de treinta años de carrera. El agotamient­o debe ser físico, pero también mental. «Tener un espectácul­o único y llevarlo de gira relaja mucho, contrariam­ente a lo que pueda pensar la gente», dice Gràcia. «Evidenteme­nte, es un proceso largo, pero siempre sabes lo que tienes que hacer, y cuando no lo estás haciendo puedes dedicarte a otras cosas», concluye.

EL FUTURO

Y es a eso a lo que se van a dedicar, a otros proyectos. Paco Mir, alto y adusto, seguirá siendo el hombre renacentis­ta que ha sido durante todos estos años. Ha versionado la ópera «Candide», ha guionizado, adaptado y dirigido una interminab­le lista de obras de teatro (desde «Dios», de Woody Allen, hasta «Spamalot», de Monty Python, sin dejar de lado sus propias «Dinamita» o «Bon Profit»). Seguirá combinando la compañía Tricicle con la pintura, el teatro y una pasión recuperada, la cerámica. Carles Sans, el más pícaro de los tres, alternará los proyectos que Tricicle seguirá produciend­o con el periodismo –hace décadas que es columnista de «El Mundo», donde trata desde su tribuna temas tanto culturales como políticos–, y Joan Gràcia seguirá al frente de la dirección de eventos de la compañía mientras ataca otro interés propio: el vodevil y el cabaré. Pero ahora, el presente. El secreto del éxito durante treinta y cuatro años. «El humor no ha cambiado tanto en las últimas décadas, por eso estamos aquí –explica Sans–. De la misma manera que siguen Les Luthiers, un referente para nosotros.» Curiosamen­te, mencionan referentes del humor hablado, no físico, que, pese al éxito internacio­nal, han tenido unas limitacion­es que Tricicle ha podido superar gracias a su humor gestual. Las giras en Francia, Italia o Japón les han aportado una visión global sobre cuán excéntrico es el mundo. «En los teatros japoneses tenían a una persona destinada únicamente a hacer que el público no riera hasta el final del espectácul­o», dice, aún atónito, Gràcia. «Cuando, en realidad, no hay nada más terrible que el silencio durante nuestros espectácul­os. Nosotros nos nutrimos de la risa a lo largo de la actuación.» El trío, serio, asiente. Llega el momento de las fotos. Los tres hombres, pulcros y atentos, enfundados en elegantes trajes, deben posar. Y se produce la magia: los rostros, pura arcilla, se transmutan en mue- cas imposibles. Los cuerpos se convierten en bandas elásticas. Paco Mir, Joan Gràcia y Carles Sans pasan a ser alternativ­amente genios locos sorprendid­os en medio de un experiment­o, payasos haciendo jugarretas a un desconocid­o que pasa por ahí, y magos a punto de lanzarte un conjuro. Las caras que conoces tan bien como la tuya propia, transmutad­as en un segundo. Y acto seguido, Carles Sans me saca a bailar. Durante ese lapso tan corto de tiempo, él es dueño de la pista y yo soy la reina del baile. Los cómicos, ya se sabe como son.

 ??  ?? De izda. a dcha., Paco Mir y Carles Sans, ambos con americana, de Canali, y Joan Gracia, con americana, de Brioni, todas ellas para Santa Eulalia.
De izda. a dcha., Paco Mir y Carles Sans, ambos con americana, de Canali, y Joan Gracia, con americana, de Brioni, todas ellas para Santa Eulalia.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain