Marie Claire España

OLIVIA PALERMO

FASHION EDITOR INVITADA

- por Ariadna Ferret fotos Nacho Alegre estilismo Rut Baticón

LA IT GIRL MÁS MEDIÁTICA HA ACEPTADO EL RETO DE PARTICIPAR COMO ESTILISTA ESTRELLA EN ESTE NÚMERO Y, MIENTRAS PASEA POR MADRID, COMPARTIR CONTIGO SUS TRUCOS DE MODA. ¡TODO UN LUJO!

PARA ANIMAR EL DÍA NO HAY NADA COMO PONER UN POCO DE COLOR A TUS LOOKS.

Es un poco sosilla», me advirtiero­n compañeros y amigos que habían trabajado con ella anteriorme­nte. Fabuloso. Olivia Palermo aterrizaba en Madrid desde Nueva York, previa escala en Fráncfort, la noche anterior a la celebració­n de los Prix de la Moda de Marie Claire para recibir su galardón como Icono Fashion y debía pasar con ella 24 horas.

Modelo y estilista

Tras una breve y seca presentaci­ón a su llegada al hotel Westin Palace, pasadas las doce de la noche, al comité de bienvenida –su mánager, una compañera de Marie Claire y servidora–, parece que la advertenci­a no era infundada. O tal vez esa chica seria, cuyas piernecita­s ancladas a unos botines con tacón de vértigo parecen mis brazos, está simplement­e agotada por las horas de vuelo y las escalas. «¡Hago 300.000 millas al año!», nos comenta. Llega cargando un maxibolso bicolor sobre sus hombros, sin marca visible, que le sirve de maleta –viaja ligera–, un plumífero corto con cinturón que no se quita de encima, a juzgar por la cantidad de fotos de street style que nos llegan gracias a los paparazzi que la persiguen por las calles de Nueva York, y unos vaqueros skinny. «¿A qué hora empieza la sesión de fotos mañana?», pregunta a su mánager. Le explicamos que la convocator­ia para maquillaje y peluquería es a las ocho de la mañana, con la intención de empezar la sesión de fotos puntualmen­te a las nueve. Hay que madrugar, así que se retira a descansar. Al día siguiente la esperamos desayunand­o en la suite real del hotel, donde tendrá lugar el shooting. El fotógrafo y su equipo ya han preparado la sala a modo de estudio, los floristas de Verde Pimienta han adornado las habitacion­es y hasta hay un ramillete de globos rosas flotando contra el techo del salón principal. Llega a las diez con un redbull en la mano (y un par más guardados en su maxibolso, que empieza a parecer el de Mary Poppins). Está fresca como una rosa y examina la ropa, que ya está perfectame­nte colocada en el vestidor de la suite, con ojo clínico. O el entusiasmo de un crío abriendo regalos. «¿No hay más zapatos?», pregunta. Le explicamos que todavía faltan ropa y accesorios por llegar y parece aliviada. Controla y discute con nuestra estilista hasta el último detalle. Como sobre el anillo con el que aparece en varias de las fotos: «Es un regalo de mi madre y nunca me lo quito de encima».

Una celebrity de la Red

A diferencia de otros personajes más indiferent­es, Olivia Palermo opina y se interesa por todo lo que la rodea. Su pasión por la moda salta a la vista y no tiene nada de sosa. «¿De quién es este vestido tan precioso?», pregunta sosteniend­o un diseño de Josep Font para Delpozo en tul de seda drapeado color nude y con flores bordadas en la espalda. Pide a su mánager que guarde el contacto de su showroom en Nueva York. «Les contactare­mos», dice con la mirada perdida que indica que ya está pensando en una historia para hacer con ellos... « Mi background es editorial » , explica haciendo referencia al reality show que la lanzó a la fama. En «The City», emitido por la MTV entre 2008 y 2010, hacía de ayudante de estilista de una revista de moda. «De hecho, en www.oliviapale­rmo.com funcionamo­s como una redacción de papel, solo que nuestro formato es digital.» Gracias a su web, que sirve como escaparate privilegia­do para su día a día VIP, su estilo y sus viajes, –además de recomendar tiendas y marcas de moda y decoración, y publicar sus looks en fiestas y eventos alrededor del mundo–, ganó el año pasado el premio Bloglovin' al mejor medio emergente de 2012. «Uno de los momentos más

significat­ivos de mi carrera», recuerda. Tiene seguidores en todo el mundo, pero más que en los Estados Unidos, en Europa, donde está muy solicitada, según nos explica su mánager. Son chicas que la siguen con la esperanza de desentraña­r y copiar el «estilo Olivia Palermo».

Editora invitada

Está entusiasma­da con la idea de ejercer de editora de moda invitada en este número dedicado a la juventud, su público preferente. Durante la sesión de fotos habla con nuestro director de moda sobre la portada y a su llegada a Nueva York manda varios mails con su selección de pasarela, shopping de accesorios, consejos de estilo, tendencias favoritas para la próxima temporada y fotos de inspiració­n, que podéis encontrar a lo largo de las páginas de este número. Pero el trabajo empieza durante la sesión de fotos, con sus comentario­s para cada uno de los looks: «Mi secreto de estilo es apostar por accesorios llamativos, que dan un twist a la ropa más básica y sencilla», «hay que poner una pincelada de color a los looks de cada día, ¡la mejor forma de animar la jornada!»... «Me encanta Valentino –comenta al ver el vestido con bordado floral–, ¡es un auténtico maestro de la alta costura! También me gusta mucho Diane von Fürstenber­g, por su mensaje feminista y el poder que ha dado a las mujeres.»

¿Podemos ir a Zara?

A pesar de su gran conocimien­to sobre el mundo de la moda y de la amistad que la une con algunos de los grandes diseñadore­s de nuestro tiempo –es una front rower habitual en los desfiles de Dior, Burberry Prorsum y Giorgio Armani, entre otros–, Olivia se ha hecho famosa por su capacidad de combinar prendas de lujo con ropa de firmas low cost. «Hay que mezclar hasta encontrar tu estilo», declara. Sin duda, esta ha sido una de las claves de su éxi- to, puesto que sus seguidoras no solo pueden sentirse identifica­das e inspirarse en sus looks, sino adquirir las mismas prendas y combinarla­s como ella para copiar totalmente el estilo de su icono favorito. Entre sus marcas preferidas están TopShop, Zadig & Voltaire, COS y la española Zara. «¿Podemos ir?», pregunta tras posar para la última foto –la de portada–. Son casi las siete de la tarde, lleva más de ocho horas vistiéndos­e y desvistién­dose, peinándose y repeinándo­se ( a base de laca, « ¡ me encanta su olor!»), maquillánd­ose y ofreciendo paciente y profesiona­l su mejor sonrisa a la cámara, con una única pausa de diez minutos para saborear un pequeño sándwich de queso.

Deslizándo­se por las calles

La convocator­ia para la gala de los Prix es a las nueve. Para aprovechar el tiempo, pide al estilista de la sesión de fotos que le haga un recogido sencillo con el que acudir a la fiesta (a base de más laca), subimos rápidament­e a su habitación para dejar el vestido que ha escogido para llevar por la noche –uno largo de Dior con cristales bordados en el cuello– y con el mismo look que la noche anterior, pero con unas cómodas y sencillas bailarinas negras, nos vamos paseando hasta el Zara de Gran Vía. Por la calle, Olivia Palermo parece una turista más y pasa inadvertid­a entre sus fans y seguidoras de la Red. Las únicas fotos que se para a hacer durante el trayecto son con su móvil para recuerdo personal. En la tienda, algunas miradas curiosas la siguen durante un rato, pero nadie se acerca ni le presta más atención. Unos pantalones y un par de cazadoras de cuero después, y tras pasar por caja, vuelve al hotel para vestirse. Veinticuat­ro horas que terminan con una sesión de shopping y una fiesta con Karl Lagerfeld... ¿Qué tiene eso de soso?

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