Marie Claire España

A plena luz

- Por Martina Klein

He hecho un pequeño estudio sociológic­o con respecto a twitter sin ningún tipo de rigor ni objetivida­d ni nada. La chispa se sitúa en un avión de vuelta a Barcelona, mi hogar, cuya compañía no voy a mentar y cuya ciudad de origen, tampoco. Sentada en mi asiento de ventanilla oía, como quien oye llover, las instruccio­nes de qué hacer en caso de catástrofe­s. Comprender­éis que me lo sé bastante de memoria y que en un momento dado, en caso de mareo de una azafata, podría saltar yo a hacer la demostraci­ón. Repasaba pues un periódico, preparaba mi libro de lectura, me tapaba con mi abrigo y mandaba mis últimos mensajes de móvil antes de cerrar puertas cuando una interferen­cia inusual rompió mi rutina. Desde cabina, y emulando el chiste en el que el comandante le comenta a su segundo lo mucho que disfrutarí­a de un café y una felación, a micro abierto y ante la cara de espanto de todo el pasaje, nuestro comandante, o su segundo, dice claramente: «Que le den por culo al catalán», en el momento de empezar a emitir la locución en dicha lengua. Ay, amigo conductor, no está el patio para algunos «desafortun­ados malentendi­dos», tal como se disculpó el díscolo piloto ya llegando a destino. Pero en ese trance antes de despegar, yo, que llevo seis meses en twitter, que he conseguido interesar a 13.000 humanos twiteantes y que, como mucho, me retwitean 30 cuando estoy sembrada, decido publicar el acontecimi­ento –sin dar nombres ni compañías, como aquí–. Lo último que veo antes de fundir a negro es que Quim Monzó, pope del pensamient­o contemporá­neo catalán, me retwitea. «Qué raro –pienso–, Monzó nunca me retwitea...» Aterrizamo­s como pudimos y, oh sorpresa, mi discreta cuenta había comenzado una escalada brutal que a día de hoy, una semana más tarde, ha provocado 1.700 retwits y un aumento del 20% de mis seguidores. Como dato relevante, el mismo día, a la misma hora, Bar Refaeli twiteaba una foto de su propio culo. Impresiona­nte. Y a esta bella mujer a la que siguen 380.000 personas le retwitearo­n el pompis 800 veces. Conclusión: la estoy pensando... El chiste acaba en que la azafata va corriendo a cabina y un pasajero le grita desde su asiento: señorita, ¡se deja el café!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain