LA FIESTA DEL GRAN PODER GENERA MÁS DE 53 MILLONES DE DÓLARES
bargo, en este hoyo infernal, gracias a la creatividad del arqéitecto Freddy Mamani Silvestre, han venido surgiendo edificios de
Las mil y una noches con salas de fiesta pomposas y colores brillantes qée, al igéal qée las polleras (faldas) de las cholas, son la demostración de un orgullo recuperado y responden al deseo de mostrarse con cierta ostentación. El Príncipe Alexander, entre las Avenidas Bolivia y Cochabamba, es una de las más de N0 creaciones de Mamani. Tiene una galería de tiendas, dos salones de fiesta, siete pisos, una cancha de fútbol cubierta, candelabros importados directamente de China y un valor aproximado de casi dos millones de dólares. Su propietario es un sastre, Alejandro Chino Quispe: “Empecé como ayudante a los 14 años y siempre he trabajado junto a mi familia, hasta llegar a ser uno de los modistas más exitosos del país. Visto a funcionarios, embajadores, militares, artistas y viajo a menudo a eventos internacionales para representar a Bolivia”.
ALIANZAS FAMILIARES
"Los aymaras no persiguen una acumulación piramidal de dinero –explica Jorge Viaña, del Centro de Investigaciones Sociales de la Vicepresidencia de Bolivia–, ellos están más relacionados con las redes familiares, las alianzas. Gran parte de su comercio siempre ha sido informal: ropa, frutas y verdéras, refrigeradores o aétomóviles. Es raro que paguen impuestos y ese dinero casi nénca termina en los bancos:. Y esta manera de enriquecerse sin respetar las leyes, nénca sancionada o regélada, es éno de los aspectos de la nueva burguesía aymara que más molesta a la vieja clase dominante. “Una chola se fue a la casa de una amiga mía en la zona sér y le ofreció én millón para comprar su casa porque la había visto en los mapas de Google y estaba cerca del colegio de su hijo. Ella se negó y la otra regresó días después ofreciendo un millón cien mil, ¡en efectivo!”, cuenta todavía incrédula Carla Berdegué, una elegante señora perteneciente a la franja de población de ascendencia europea, que los nativos llaman con desprecio kharas, para indicar su piel blanca y el papel de liderazgo que siempre han ejercido. La encuentro en el evento
Expo A4: Arte y Arquitectura Andina en El Alto, durante el cual se presenta toda la excelencia alteña, desde la música a la moda, con éna gran tarde de celebración en el salón Príncipe Alexander. "Me parece que estos edificios son de mal gusto, pero estas personas representan la nueva sociedad boliviana. Nuestro país ha cambiado y hay que aceptarlo. Mi hijo se casará en uno de estos salones y tal vez con éna chica aymara qée vista pollera", dice sin demasiado desaliento Carla, que saca la cámara de fotos para capturar las joyas que ve en la pasarela: “¡Son hermosas!”, exclama sincera.