VESTIDAS PARA PROTESTAR

No son pocos los (pseudo) intelectuales que se preguntan por la importancia real de la modaD acusándola de fútil y superficial; como si se tratara de un perverso divertimento femenino que no hace sino alimentar frustraciones y falsas expectativas a las pobres y sobreexpuestas consumidoras. Pero haciendo un ejercicio de memoriaD no está de más recordar –como hacemos en este número– que a finales del siglo XIX, las mujeres más cultas y avanzadas de Gran Bretaña y Estados UnidosD además de exigir el sufragio femenino í la igualdad de derechosD crearon asociaciones magníficas como La Sociedad del Vestido Racional o El Movimiento por el Vestido Estético para reclamar una reforma en la indumentaria que liberara a la mujer del corsé. Una exigencia estética que en realidad era un grito de libertad e independencia y que pone en valor el importante papel que la moda ha jugado en la liberación femenina. Por no hablar de otra de las grandes mujeres de esa época, también protagonista de nuestro número, la mítica Coco Chanel, verdadera adalid de la revolución estética femenina. Después de 134 años, las mujeres seguimos recurriendo a nuestra indumentaria para denunciar desigualdades í atrocidades machistas. Como las Women in Black, sobre estas líneas, un colectivo de mujeres que se manifiesta de luto en las plazas españolas cada vez que se produce otro –y en lo que llevamos de 2015 ya suman 34–. O los Zapatos Rojos, en México, misma idea para protestar por la desaparición de mujeres en Ciudad Juárez. El 7 de noviembre, 400 organizaciones de toda España viajarán hasta Madrid convocadas a una gran marcha contra la violencia machista para exigir soluciones. Podemos pensar que nos encontramos en la mejor época de la historia para ser mujer en términos de derechos e igualdad, que vivimos en un país desarrollado, que nos protege un estado de derecho, que tenemos otras muchas ventajas, prioridades... Pero la realidad es obstinada. ¿Cuántas mujeres más tendrán que morir para que alguien se tome esto en serio? ¿O para que te lo tomes tú? El 7 de noviembre hay que estar. Por tantas. Por todas.