VIOLENCIA MACHISTA
ENTRE TODAS PODEMOS PARARLA ¡ÚNETE!
MUJERES DE LA POLÍTICA, LA CULTURA O EL PERIODISMO SE UNEN A LA MARCHA DEL 7N EN MADRID, DONDE EXIGIREMOS UN PACTO DE ESTADO CONTRA LAS VIOLENCIAS MACHISTAS. ¿VIENES?
Puede que haía un antes í un después del verano de 2015, uno de los más trágicos que se recuerdan debido al incesante goteo de mujeres í niños asesinados por parejas o ex parejas í padres. kegún datos de Feminicidio.net, los meses de verano dejaron la muerte de 34 mujeres, cuatro de ellas niñas. También fueron asesinados cinco varones, dos de ellos niños, en contextos de violencia de género. Los datos oficiales del ministerio de Sanidad afirman que en lo que llevamos de año la cifra es de 34 (ver gráfico p.69). La aparición un día sí y otro también de estos asesinatos en los medios de comunicación rebasó, finalmente, el aguante circunspecto de muchas de nosotras. Y dejó en evidencia el abandono por parte del Gobierno de una lucha que exige recursos, concienciación e insistencia.
DOLOR Y RABIA
El 13 de agosto, al enterarse de la muerte en Castelldefels de Olga F., de 44 años, debido a los machetazos que le propinó una expareja, la fiscal adscrita a la Sala de la Violencia contra la Mujer de la Fiscalía General del Estado, Teresa Peramato, confesó "dolor, estupor e inquietud" y una "sensación de fracaso". El sentimiento era í es general. Tanto, que miles de mujeres alarmadas, horrorizadas, no han dudado en organizarse a través de las re- des para manifestar su dolor cada vez que se produce una nueva muerte. kon, por ejemplo, las Women in Black, figuras que visten de luto el suelo de las plazas de nuestras ciudades. Las iniciativas “Zapatos rojos” o “Nos queremos vivas” nacieron en México í Argentina, respectivamente, pero como las de “Ni una más” ía están instaladas en nuestro país. Por fin, las que protestan ya no son solo las feministas, militantes í asociadas, sino personas que necesitan dar salida a su rabia. Mostrar que, pese a lo que pueda parecer por el inmovilismo oficial, cada muerte importa. El pasado 16 de septiembre, tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, más de 100 asociaciones, lideradas por la Plataforma Impacto de Género Ya, presentaron un manifiesto en el Congreso en el que denunciaron que las partidas de igualdad í violencia de género representan "tan solo el 0,01% del total". ¿Es posible avanzar en una labor que requiere múltiples vías de acción (prevención en las escuelas, protección y reinserción de las supervivientes, formación de los que han de tratar con ellas) con tan escasos recursos? El movimiento feminista piensa que no, por ello convoca el 7 de noviembre en Madrid una manifestación contra las violencias machistas que pretende hacer historia. “Queremos recalcar que el asesinato de mujeres es la cúspide de la pirámide de la violencia, un iceberg en el que el feminicidio es solo
la punta más visible. Pero existen multitud de violencias invisibles que lo van cimentando, como el acoso callejero, la violencia económica, sexual o psicológica, la desvalorización, las humillaciones... Conocemos los casos de las mujeres asesinadas, pero no de las supervivientes o los de las que viven la violencia cada día”, explica María Bilbao, una de l as portavoces de l a Plataforma Marcha7N y representante de la Comisión 25N de Madrid. Alrededor de 400 organizaciones se han adherido ya a un manifiesto que traduce la rabia en exigencias. La primera, que la lucha contra el terrorismo machista sea cuestión de Estado. “Si en lugar de una mujer, la víctima fuera un político, habría una alarma social tremenda, con telediarios abriendo con el caso y los políticos condenándolo”, explica Bilbao. “Sin embargo, tras el verano que hemos tenido, ni se ha declarado un estado de alerta como el que atañe al yijadismo, ni hay