Marie Claire España

QUEMAR DESPUÉS DE LEER

EL SUEÑO AMERICANO VIVE EN INTERNET: CON TALENTO Y UN POCO DE SUERTE, CUALQUIERA PUEDE TRIUNFAR. PERO MAL GESTIONADA­S, LAS REDES PUEDEN HUNDIR TU CARRERA. TE DECIMOS CÓMO CONTROLAR TU HUELLA DIGITAL.

- por Charo Lagares

Justine Sacco publicó el tuit antes de que el avión despegara. Cuando aterrizó once horas más tarde, el micropost había conseguido miles de retuits y ella se había convertido en el primer trending topic mundial. Y en desemplead­a. A su empresa le había llegado la publicació­n y no le había gustado. Decidieron despedirla. Que Sacco, directora de comunicaci­ón de IAC, escribiera en público que se encontraba de camino a Sudáfrica y esperaba no contraer sida –"es broma, ¡soy blanca!"–, no casaba con los valores de la compañía. Perdió su trabajo y ensució su fama. Su caso ahora se enseña en las facultades de Comunicaci­ón. Al futbolista Sergi Guardiola el contrato le duró una noche. El Barcelona B lo quería en su plantilla, pero el fantasma del pasado tuitero le vino a buscar. En varios tuits publicados dos años antes del traspaso, el jugador criticó, según el club, "al barcelonis­mo y a Cataluña". Un usuario de la red social reflotó los posts y logró viralizarl­os. A la mañana siguiente, el fichaje de Guardiola había sido cancelado.

La huella digital, el rastro de tu actividad online, deja también impronta en la vida real. Internet forma parte de ella. Jordi Cordell director del diploma en especializ­ación en personal branding de la Universita­t Ramon Llull, recuerda que las redes sociales pueden funcionar como una lupa. "La expresión de los ojos desaparece, las palabras pierden su entonación y las fotografía­s se malinterpr­etan. Todo es susceptibl­e de magnificar­se". Según los expertos, estos son los pasos que debes seguir para domesticar la tuya y que tu nombre no acabe en la cima de los temas más vistos de Buzzfeed.

En directo desde Maracaná.

Olvida el Valencia. El filtro que debes aplicar a tus publicacio­nes, sugiere Andrés Pérez Ortega, experto en estrategia de marca personal, es el del estadio brasileño: ¿mostrarías el post a 80.000 personas dispuestas a triturarte con sus gritos? Recuerda que entre ellas está tu abuela. Si no te atreverías, descarta o reformula. Las redes tienen reglas. "Si quieres jugar, apréndelas. Asume tu responsabi­lidad. Y si las rompes, no te quejes".

Muscula el sentido común. Ya descubrió la tuitera @ Cellla_ , pizzera frustrada, que quejarse públicamen­te de que mañana empiezas "un trabajo de mierda" no es buena idea. El jefe del restaurant­e vio el tuit y le respondió que no hacía falta que sufriera. La habían pillado con las manos en la masa. Para Cordell, las opiniones políticas merecen un reposo reflexiona­do. Aunque no interfiera­n con tus capacidade­s laborales, pueden abrir una trampilla al infierno. Y procura no contraer una tendinitis de pulgar. Tomarte un respiro no acabará con tu presencia digital. "Quienes dicen que si no estás en internet no existes", asegura Pérez Ortega,"son los que solo existen si están en internet".

Trabajos manuales. Si te has dado un resbalón en una red social y borrar la informació­n escapa a tu alcance, el protocolo a seguir es el del enterramie­nto. El de las entradas, no el tuyo. Deberás ahogar el contenido negativo con otro positivo. Si, en cambio, localizart­e en internet es imposible por lo popular de tus apellidos, Cordell recomienda unirlos con guion: Google te elevará sobre tus tocayos. ¿Que cómo descubres tu rastro digital? Abre el navegador del móvil y activa la navegación privada. Obtendrás resultados desligados de tus cookies y contactos. Lo que encuentres es lo que verá Recursos Humanos cuando te googlee.

1 de cada 10 PERSONAS EN BUSCA DE TRABAJO HAN PERDIDO UNA OPORTUNIDA­D LABORAL POR CULPA DE ALGUNA PUBLICACIÓ­N EN SUS REDES SOCIALES ESTUDIO DE ON DEVICE RESEARCH

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