LA LIBERTAD DE LOS HOTELES
Los padres de Renu Hanegreefs-Snehi la querían llevar al altar. Ella los abandonó para estudiar.
Renu solo podría tener un trabajo si no interfería en sus labores del hogar. Ir a una oficina no debía obstaculizar su papel de madre de familia. Ese era el deseo de sus padres. Decidió dejarlos a ellos atrás. Se fue de casa, inscribió su nombre en la facultad de Empresariales y comenzó a trabajar como asistente en el estudio de un diseñador. Quería viajar, dejar un cambio en el mundo a través de la belleza, que su familia supiera que la dueña de su vida era ella. La moda le empezó a cojear y solicitó un puesto en el departamento de relaciones internas en un hotel de Nueva Deli. Fue la elegida entre 3.000 aspirantes y entre los cientos de huéspedes encontró ella a su marido, un joven europeo que se encontraba en India por negocios. La interracialidad de la pareja y la cultura local les negaron mesas en restaurantes y decidieron irse a vivir a Europa. En la universidad de Amberes dio y recibió clases hasta que Radisson, una cadena de hoteles presente en 80 países, reparó en ella. Comenzó en el departamento de diseño de interiores y, tras 15 años, fue nombrada vicepresidenta de comunicaciones, reputación y relaciones públicas a nivel global. Quiere ayudar a que, como hiciera ella cuando abandonó las tradiciones en India, las demás suban al poder: en su equipo de diez personas, siete son mujeres.