"EL MINIMALISMO INDUCE A UN CONSUMO MáS CONSCIENTE Y RESPONSABLE" CARL MH BARENBRUG, MINIMALISTA
casts y conferencias, difunden las claves de esta forma de vida.
Ambos se encuentran de vacaciones cuando intentamos contactar con ellos –reeducar a Occidente debe de resultar extenuante–, de forma que consultamos a su discípulo Carl MH Barenbrug (Edimburgo, 1984) sobre la relación entre minimalismo y moda: "No se trata de tener menos ropa, sino de tener suficiente para vestirse a lo largo del año", comienza a decirnos el cofundador de Minimalism Life ( minimalism.life) y director creativo de la revista Minimalissimo ( minimalissimo.com). "Esto hará que te relajes mucho a la hora de vestirte. Nada de levantarte por las mañanas y agobiarte con qué te pones. Menos donde elegir significa mejores decisiones", añade. En opinión de Carl, "al reivindicar calidad sobre cantidad, el miminalismo induciría a un consumo de moda más consciente y responsable". "Si todos queremos productos mejores (todos deberíamos), los fabricantes tendrían que responder a esta demanda del consumidor. No solo repercutiría enormemente sobre el medio ambiente, los residuos y nuestras carteras: significaría que valoramos todo lo que tenemos y que es más duradero", explica el minimalista. "Compra menos, pero mejor", finaliza.
Sus palabras entroncan con el nuevo concepto de lujo que se pretende implantar "incluso oficialmente". Si bien la Real Academia Española asocia este concepto al exceso y el derroche, Enrique Loewe (presidente honorario de la firma), pide revisar la definición por considerarla peyorativa. En realidad, lo cierto es que se identificaría más con su antónimo, la moda rápida.
REPROGRAMAR LA OBSOLESCENCIA
El gran problema de la fast fashion, como de casi todo lo que se vende hoy en día, es que incorpora una fecha de caducidad próxima. En este sentido, Deborah Marx ( Londres, 1991) está marcando un hito con sus Half Century Jeans, la marca de vaqueros que duran medio siglo gracias a la tecnología y el uso de determinados materiales. En alianza con Tom Cridland, la marca de moda sostenible que posee junto a su novio, la joven está buscando financiación para crearlos mediante crowdfounding en kickstarter.com: "Alcanzamos el cien por cien de la cantidad que necesitábamos para el proyecto durante los primeros treinta minutos", revela. Ahora están a punto de lanzarla con un presupuesto diez veces superior al establecido.
¿ No será un problema que la clientela compre cada cincuenta años? "Somos una marca independiente, no trabajamos como el fast fashion. Este tipo de marcas te hacen volver porque tienes que reemplazar la ropa que compras. Queremos que la gente vuelva porque se nos ha ocurrido una nueva idea, un nuevo diseño... algo innovador. Nos gusta usar nuestro talento para intentar repetir el negocio, no confiar en la obsolescencia programada", cuenta Deborah.
Unos vaqueros eternos serían un básico para el buen minimalista. Como dice Carl, se trata de "comprar menos, pero mejor" para mejorar nuestras vidas. Ya lo decía aquel anuncio de Ikea: "No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita".