HVAR UN MAR DE LAVANDA
Ubicada en Croacia, frente a la costa Dálmata (un enclave salpicado de mil y una islas, ideal para navegar), es un entorno idílico que huele a romero y a perfume de lavanda. Se ha convertido en una Costa Azul alternativa, en la Capri croata, en refugio de moda para celebrities que buscan intimidad. Es la isla del Adriático que más horas de sol recibe y una de las mayores productoras de lavanda del mundo, de ahí que se la identifique con ese nombre. La mejor manera de llegar a la isla es en ferry desde Split.
El encanto reside en su diversidad. En algunos parajes recuerda a nuestras Baleares por su abundancia de pinos y calas transparentes, y en otros, a paisajes suizos por sus picos altos y sus bosques. Imprescindible visitar el pueblo de Jelsa para sentir por un instante que, en vez de a orillas del Mediterráneo, te encuentras en Centroeuropa. Otra parada imperdible es Stari Grad – la ciudad más antigua de Croacia–, con fachadas recubiertas de mármol y una impresionante muralla. Cuando recaléis en la capital os asombrará la fusión de estilos arquitectónicos con reminiscencias venecianas. Callejear por el casco antiguo –plagado de edificaciones pétreas de color marfil– es toda una experiencia, especialmente la plaza central y los palacetes adyacentes. El fuerte de Napoleón, construido sobre una colina, es perfecto para observar la puesta de sol. No os marchéis sin probar la gregada, una deliciosa especialidad local a base de patatas y pescado.