Marie Claire España

CERCANO ORIENTE

DE VENDER BANDEJAS DE SUSHI A CREAR UN IMPERIO DE COMIDA JAPONESA. LOS HERMANOS SEGIMÓN Y NATACHA APOLINARIO SON EL ALMA DE SUSHITA.

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El grupo Sushita, con sus locales de diseño, se ha consolidad­o como punto de referencia del mejor sushi de Madrid. Los tres socios, los hermanos Segimon y Natacha Apolinario, han creado una fórmula en el mundo de la restauraci­ón para los amantes de la cocina japonesa y sus nuevas técnicas culinarias. José Manuel nos lo cuenta.

¿Cómo surgió Sushita? La fundamos en 1999. Inicialmen­te, el objeto de la empresa era la venta de bandejas de sushi a grandes superficie­s, hipermerca­dos, etc. Los inicios fueron duros porque en esos años, el sushi era un gran desconocid­o y fuimos pioneros. Solo lo conocía la gente que viajaba, la más internacio­nal. En aquella época había en Madrid cinco restaurant­es de comida japonesa. Hoy hay más de doscientos. Todo empezó porque en 1994, mi hermana Sandra y yo teníamos una empresa de

comida a domicilio que se llamaba La Nevera Roja, con un catálogo con treinta y cinco restaurant­es en donde hacías el pedido que querías y te lo llevábamos a casa. Uno de los que mejor funcionaba, sobre todo en empresas, era el de comida japonesa. Fue cuando nos dimos cuenta de la demanda que había de este tipo de cocina; era sana, creativa y nueva. Ahí empezamos a desarrolla­r la idea de centrarnos en la comida japonesa como take away, hasta que abrimos el primer restaurant­e hace cuatro años. Sois tres socios y ninguno os dedicabais al tema de restauraci­ón. Así es. Yo soy abogado, y mi hermana Sandra y Natacha, economista­s.

¿Cuál era el secreto o la clave del éxito de vuestro sushi? Sobre todo, que en aquel momento nadie lo hacía. Fuimos pioneros y, por supuesto, la materia prima de calidad que ofrecíamos. Una organizaci­ón de tipo industrial nos ha servido para desarrolla­r los restaurant­es de una forma muy optimizada. La fábrica, de 2.500 metros, donde trabajan 50 personas, ha sido un apoyo básico, ya que allí limpiamos todo el pescado y tenemos toda la materia prima, fabricamos y creamos los platos. Cada día hacemos y traemos a los restaurant­es, por ejemplo, las samosas y los rollitos, unos de los platos más demandados. Igual hacemos con los salmones que nos llegan de Noruega. Se limpian en nuestras instalacio­nes . Esto nos hace más competitiv­os. El poder de compra a tan grandes volúmenes nos da la oportunida­d de vender a muy buen precio y con calidad. ¿Qué es para vosotros la calidad? En Sushita tratamos de vender salud. El siglo XXI está basado en la cultura de cuidarse, con una filosofía que analiza y cuida la alimentaci­ón más que nunca. Por eso nosotros hemos creado en todos nuestros restaurant­es una carta orgánica. Tenemos nuestro propio huerto. Nuestro lema es 'de la tierra a la mesa'.

¿Cómo surge el primer restaurant­e y el nombre de Sushita Café? El nombre se le ocurre a mi hermana Sandra. Es un local muy bien situado pero ha sido el más arriesgado, debido a la zona, que está plagada de público muy joven que no suele tener demasiado poder adquisitiv­o.

¿Por qué pensáis que habéis triunfado? El éxito nos ha venido por una localizaci­ón excepciona­l, con una decoración increíble y una relación calidad-precio imbatible. En vuestro último restaurant­e, Monsieur Sushita, habéis arriesgado mucho.

Pues sí. Por la extensión del local, 500 metros cuadrados, por la ubicación en la milla de oro y por la decoración, pero hemos mantenido el precio. Se trata de un proyecto muy diferente a los otros. Detrás de nuestros cinco restaurant­es hemos querido crear una historia que sea el nexo de unión de todos. En Madame Sushita queríamos hacer un sushi afrancesad­o, y ella se casó con Monsieur Sushita, que había vivido en Marruecos, de ahí el origen de este último restaurant­e. Nos hemos in- ventado una historia detrás de cada local. Tajine de cuscús o garbanzos al curry son algunos de los platos novedosos que hemos introducid­o en este último proyecto. Después de cinco viajes a Marruecos nos impregnamo­s de la magia de este país y de ahí ha surgido Monsieur Sushita. El cliente también busca siempre algo nuevo. ¿Cuál es el plato estrella de vuestros restaurant­es? Sin duda las gambas en tempura con chile, el California roll y el solomillo. En todos nuestros locales hay take away y delivery.

¿Y vuestros próximos proyectos? La familia Sushita seguirá creciendo. Estamos mirando diversas localizaci­ones para abrir un nuevo establecim­iento.

¿Cómo ves España a nivel gastronómi­co? Hay una gran burbuja de restaurant­es en Madrid. Se están abriendo demasiados y pienso que estamos en un punto de ebullición total. Nuestra ventaja y punto fuerte, como digo, ha sido el precio. La crisis lo primero que se lleva son los sitios caros, y el cliente de hoy en día es experto en todo. Busca y compara.

«EN SUSHITA HEMOS CREADO UNA CARTA ORGÁNICA PORQUE TRATAMOS DE VENDER SALUD»

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Sandra (sentada) y José Manuel Segimón, junto a Natacha Apolinario.
 ??  ?? Abajo, dos espacios del restaurant­e japo-marroquí Monsieur Sushita, en la calle Velázquez, 68 (Madrid).
Abajo, dos espacios del restaurant­e japo-marroquí Monsieur Sushita, en la calle Velázquez, 68 (Madrid).
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 ??  ?? Restaurant­e Monsieur Sushita, que ofrece una cocina con influencia­s marroquíes.
Restaurant­e Monsieur Sushita, que ofrece una cocina con influencia­s marroquíes.

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