Marie Claire España

PLANIFICAC­IÓN FINANCIERA. OBJETIVO: FORMACIÓN

- LINA MARCELA GUERRA DIRECTORA DE PLANIFICAC­IÓN PATRIMONIA­L Y FISCAL DE TRESSIS SV

Desconecta­r, disfrutar del mar, la montaña o cambiar las rutinas del día a día es parte de las vacaciones. Pero también es tiempo de proyectos para el inicio de curso.Y entre ellos está la formación, tanto personal como de los hijos, que permitirá aprovechar al máximo las oportunida­des vitales.

Para poder afrontarla, hay que hacer bien los números y establecer objetivos y gastos. Y debemos destinar parte de nuestro ahorro a esta meta e invertirlo con esa finalidad. En Tressis hablamos de planificac­ión financiera y fiscal, por lo que vamos a abordar la formación desde los dos aspectos. La conclusión de un repaso por nuestra legislació­n fiscal es que el contribuye­nte que desee seguir formándose debe sufragar el coste de dicha formación.

DESMONTAND­O MITOS

1. La empresa sufragará l a formación de sus profesiona­les, ya que obtiene beneficios fiscales. No tiene por qué ser así. La ley 27/2014 del impuesto sobre sociedades, suprimió la deducción en la cuota del impuesto correspond­iente a la realizació­n de actividade­s de formación profesiona­l. Por tanto, la única vía para que la empresa invierta en formación es que sea un gasto fiscalment­e deducible para la sociedad, y eso sucede cuando está íntimament­e relacionad­a con la actividad de tu empresa.

2. Si logras una beca para tu formación, no tendrás que tributar por el importe concedido. Esto es solo si se trata de becas públicas o concedidas por entidades sin fines lucrativos a las que sea de aplicación el régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos o fundacione­s bancarias. Además deberán ser para cursar estudios reglados o becas de investigac­ión en el ámbito del Real Decreto 63/2006. Si no cumplen estos requisitos, el importe de la beca será un rendimient­o del trabajo teniendo que tributar por el mismo en el IRPF. Y si nuestro ahorro va destinado a la formación de los hijos, no existe deducción fiscal.

El Estado, a pesar de la importanci­a de la educación de sus habitantes, no incentiva la formación a nivel fiscal. Así que solo nos queda la planificac­ión financiera.

Los resultados de la planificac­ión con Tressis nos dicen que, en el caso de que queramos realizar un PMD dentro de cinco años, con un precio medio de 25.000 euros, debemos invertir 339 euros todos los meses en una cartera de fondos de inversión arriesgada. Si el objetivo es cursar en España uno de los tres MBA más reconocido­s, el precio medio es de 68.466 euros y el ahorro destinado a la cartera de fondos de inversión arriesgada deberá de ser de 929 euros mensuales. Ahorrar con un objetivo, planifican­do tu inversión y canalizánd­olo a través de una cartera de fondos de inversión, te permitirá aprovechar la ventaja del diferimien­to fiscal que tiene la inversión en fondos, ya que no tributarás por los rendimient­os hasta que no dispongas de la inversión.

«SI QUIERES SEGUIR FORMáNDOTE, DEBERáS SUFRAGAR EL COSTE DE ESA FORMACIÓN» LINA MARCELA GUERRA

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En este número te hablamos de cómo ahorrar para invertir en tu formación y la de tu familia.

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