EL ENCANTO DE LO CORRECTO
Siempre me ha resultado fascinante la capacidad que tiene la moda de tomarle el pulso a la sociedad y condensarlo en una sola silueta a modo de espejo. Unas veces como fiel reflejo de lo que ve y otras –como en el caso que nos ocupa– de lo que no ve. Y así, tras muchas temporadas de elevar la ropa de calle, la de trabajo, el chándal, el mal gusto, y el feísmo en general, a la categoría de objeto de deseo, este otoño asistimos al regreso de lo que en EE UU definen como preppy; en Gran Bretaña, Sloane Rangers; En Francia, BCBG ( Bon Chic, Bon Genre), y aquí, pijo, pero pijo ñoño. Un giro refrescante y más viniendo de la mano de Hedi Slimane, diseñador de Celine (a quien cogemos prestado su look para ilustrar la portada de este número que tienes entre manos), uno de los grandes popes estilísticos que parece haber perdido interés por roqueros y rebeldes (fuentes de inspiración de las que lleva bebiendo tradicionalmente y de las que supo sacar enormes réditos en su anterior etapa en Saint Laurent) para caer rendido ante lo que Buñuel denominó El discreto encanto de la burguesía. Esta temporada se impone la moda adulta, el estilo discreto; en definitiva, el encanto de lo correcto. Trazos de esta tendencia aparecen en todos los grandes. En la colección de Maria Grazia Chiuri para Dior; en la de Riccardo Tisci para Burberry y hasta en la genial e histriónica estética de Alessandro Michele para Gucci. En una época en la que el papel de la mujer, y sobre todo del feminismo, está en debate (no te pierdas nuestro artículo, Igualdad a la carta, ni la entrevista con Chimamanda Ngozi Adichie, icono del feminismo y autora del ya mítico We Should All Be Feminists, que llevamos en este número), asistimos a la vuelta de la mujer-mujer, plagada de atributos femeninos, elegante, sensual, pero con un toque de subversión. Como la que nos ha provocado que en este número también hayamos querido adentrarnos en la web oscura para fisgonear qué hay de malo (y de bueno) en las profundidades de Internet. Además, identificamos a las mujeres que mejor pueden ayudarte a convertir tu idea en un negocio (conoce a estas business angels en nuestra sección de Business); y también este mes viajamos a Jerez para descubrir de la mano de dos mujeres excepcionales el arte y el vino de la zona. Escribía Jane Austen en su inacabada novela Sanditon, que nadie puede considerarse en buen estado de salud permanente y estable sin pasar al menos seis semanas al año junto al mar. Me temo que pocos son los afortunados que se pueden permitir tal dispendio. Nuestra era es la de la rapidez, la inmediatez y el estréz (perdón por la puerilidad de la errata, pero no he podido evitarlo). Por eso, este mes el equipo de belleza nos ayuda a mantenerlo a raya para que no provoque estragos en nuestra piel. Esta vuelta promete, así que rebusca en los armarios de tu madre o tu abuela, desempolva tu mejor look lady y prepárate para devorar este otoño. Vestida para despistar.