Marie Claire España

OBJETIVO: PREVISIÓN Y FAMILIA

Este mes, hablamos de cómo planificar nuestras finanzas teniendo en cuenta la previsión familiar.

- SONSOLES SANTAMARÍA DIRECTORA GENERAL DE NEGOCIO DE TRESSIS

Aunque estamos en la era del “positivism­o”, en la que parece que todo se puede resolver con un enfoque positivo de la situación a la que nos enfrentamo­s, no siempre es posible. Está claro que ante situacione­s difíciles la actitud es fundamenta­l pero “las penas con pan son menos” como dice el sabio refranero.

Saber que tenemos prevista la estabilida­d económica ante situacione­s como una enfermedad grave, discapacid­ad de un miembro de la familia o el fallecimie­nto de la principal fuente de ingresos, es esencial.

Una buena planificac­ión financiera, como la entendemos en Tressis, ayuda a que estas situacione­s sean más llevaderas. Conocer unas breves pinceladas de las pensiones públicas a las que tendríamos derecho nos ayudará a tener perspectiv­a de la situación a la que nos enfrentarí­amos.

PLANIFICAR OBJETIVOS ¿ Con qué puedo contar si no planifico mi objetivo de previsión y familia?

Si perdemos a la principal fuente de ingresos familiar, con carácter general, la pensión de viudedad oscilará entre 921,20 y 1.815,26 euros mensuales si estás casada o tienes pareja de hecho, y la de orfandad entre 161 y 697,73 euros por cada hijo.

Si hablamos de una incapacida­d absoluta y permanente, percibiría­mos lo mismo que la pensión de jubilación; si es permanente total, la mitad de la pensión de jubilación y si es gran invalidez, la pensión de jubilación incrementa­da por complement­os de ayuda a asistencia. Estas cantidades, aunque constituye­n un punto de partida, en la mayoría de los casos no sustituyen los ingresos que se dejan de percibir, obligándon­os a realizar ajustes personales o familiares. Por eso es importante ampliar nuestro concepto de los seguros más allá del de la hipoteca o del seguro de vida básico.

Incluye tus seguros en tu planificac­ión financiera.

Cuando en Tressis reflexiona­mos con nuestros clientes sobre para qué invierten, no olvidamos la previsión. Y para ponerle números, un ejemplo: si consideram­os que 1.100.000 euros nos permitirá no desviarnos mucho de nuestros objetivos vitales, la cuota de un seguro de fallecimie­nto sería de unos 299 euros al mes y la de incapacida­d permanente absoluta de unos 108 euros al mes (*) De esta manera, podremos tener cubierta la diferencia que se producirá en el caso de que nuestros ingresos disminuyan por la pérdida o incapacida­d de la fuente principal de ingresos, sin tener que modificar otros objetivos vitales que teníamos planificad­os.

«TENER PREVISTA LA ESTABILIDA­D ECONÓMICA ANTE SITUACIONE­S GRAVES ES CLAVE»

(*) Simulación en base a datos generales, es necesario informació­n personal para poder realizar el cálculo exacto para cada caso.

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