EL LIDERAZGO FEMENINO NO ESTÁ EN CRISIS
LA GESTIÓN DE LA GRAN CRISIS PROVOCADA POR LA COVID-19 HA PUESTO A PRUEBA A LÍDERES DE TODO EL MUNDO, ESPECIALMENTE EN EL SECTOR SANITARIO. SEIS DIRECTIVAS DE EMPRESAS FARMACÉUTICAS NOS CUENTAN, EN PRIMERA PERSONA, SU EXPERIENCIA DURANTE EL CONFINAMIENTO
Raquel Marcos
Sobre ellas recae buena parte del peso del sector biofarmacéutico en nuestro país. Han trabajado a pleno rendimiento durante la crisis de la Covid-19 porque la misión de sus compañías ha sido y es esencial: garantizar la producción y el suministro de medicamentos a todos los hospitales, centros de salud y farmacias de España. Además, tuvieron que reaccionar con celeridad activando programas que potencialmente puedan dar con una vacuna o tratamiento contra este virus. Y todo ello en una situación excepcional de alarma y confinamiento que ha obligado a implantar el teletrabajo masivo, a reinventar procesos y roles y a abrir nuevos canales de comunicación en sus organizaciones. El liderazgo de Ana Argelich, de MSD; Aurora Berra, de Ipsen; Mar Fábregas, de Stada; Stefanie Granado, de Takeda; Fina Lladós, de Amgen y Margarita López Acosta, de Sanofi, se ha puesto a prueba.
¿EL MILAGRO DEL LIDERAZGO FEMENINO?
El sector farmacéutico en nuestro país destaca por la gran cantidad de mujeres en puestos de responsabilidad. Según datos de Farmaindustria, ocupan dos de cada tres puestos en el área de I+D de esas compañías y en sus comités de dirección hay un 41,3 % de mujeres, lo que triplica la media de las empresas españolas. Tradicionalmente líderes en la lucha por la igualdad, la diversidad y la innovación, estas organizaciones y sus directivas se han visto enfrentadas a un reto sin precedentes: una pandemia mundial de consecuencias devastadoras que, además, impacta directamente en el corazón de su actividad. ¿Cómo han reaccionado ellas? Aunque tendemos a simplificar y achacar estilos de gestión al género, no existe una única forma de liderazgo femenino: estas directivas demuestran que es una cuestión personal. Pero es posible que el hecho de que las mujeres se enfrenten a más retos en el ascenso a puestos de responsabilidad contribuya a que sean más flexibles y sopesen todas las opciones. Y esta era, es, una crisis que precisa de flexibilidad, agilidad y capacidad de reacción ante un escenario en constante y vertiginoso cambio. Ellas, como todos, se han visto sacudidas por la pandemia. Pero a diferencia de muchos, no podían parar. Han reinventado su trabajo para respaldar a médicos, profesionales sanitarios y farmacéuticos que cuidan de la salud de los pacientes.
En este proceso, todas coinciden en repetir los mismos conceptos: flexibilidad, altruismo, capacidad de adaptación, compromiso, transparencia, comunicación, colaboración… Han sido sus armas en esta lucha contra un virus que ha costado la vida de más de 27 000 españoles, 405 000 fallecidos en todo el mundo y más de siete millones de contagiados. Parece que lo peor ya ha pasado aunque las certezas se han tambaleado. Nos queda, quizá, el reto más importante: aprender a vivir en una nueva normalidad (olvidamos que si es nueva, no es normal, y si es normal, no es nueva) que se está construyendo en un escenario de grave crisis sanitaria y económica. Estas seis directivas repasan en las próximas páginas cómo han vivido la crisis de la Covid-19, tanto ellas como los trabajadores de sus compañías, qué vías han escogido para organizar el trabajo (¿cómo se concilia en confinamiento?, ¿cómo se lidera?), de qué modo han apoyado a su empleados y qué enseñanzas han extraído, desde la posición excepcional que les da estar al frente de compañías del sector sanitario, de una crisis que ha cambiado nuestras vidas. Ninguna de las seis quiere ejercer de profeta ni de gurú. Su objetivo profesional sigue siendo el mismo que antes de la pandemia: innovar para mejorar la salud de las personas. Ahora es más importante que nunca. Su liderazgo se apoya en la transparencia y su capacidad para adaptarse a los cambios y responder rápidamente a los retos. Escuchemos sus voces.
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