Marie Claire España

VIaNSTROUb­CCIaLONVEi­S PlAERaA Rr ESPAñA ES UNO DE LOS PAíSES DE LA UNIóN EUROPEA QUE MáS MACROFESTI­VALES ACOGE CADA VERANO. MIENTRAS LA PANDEMIA DEJA EL PRESENTE DE ESTOS GIGANTES EN PAUSA Y SU FUTURO ENTRE INTERROGAN­TES, OTROS SE AFIANZAN. SE TRATA DE LO

- Por

Clara Auñón

En el pueblo castellano­leonés de Balboa la cotidianei­dad suena a trino de pájaros, a corriente de arroyo y a silbato de afilador. Pero cada verano, durante un fin de semana, la melodía gana matices nuevos: el frufrú de tiendas de campaña que se despliegan, hornillos en funcionami­ento, conciertos entre restos de murallas. Es la sinfonía de Observator­io, un festival de música y arte que lleva dos años haciendo de esta diminuta población a las puertas de Galicia un nuevo punto de reunión para la cultura patria emergente. Lo hace conforme a valores de sostenibil­idad medioambie­ntal y social, colaboraci­ón ciudadana y respeto al mundo rural; un formato cada vez más extendido que algunos han dado en bautizar como festivales boutique. El término no convence al equipo de Observator­io. Tampoco a los organizado­res de Wakana Reunion ni a los de Paral-lel, otros dos eventos de caracterís­ticas similares. La palabra boutique, coinciden, remite a elitismo. En sus fiestas la exclusivid­ad no se refleja en el precio de las entradas, pero sí en el aforo: Observator­io acoge a un máximo de 400 asistentes; Wakana Reunion

apreciació­n holística del arte. Sus carteles, además, se alejan del circuito comercial y dan visibilida­d a intérprete­s y creadores a los que costraría encontrar en eventos multitudin­arios. Buena muestra de ello da Observator­io, que apuesta por artistas españoles emergentes, con especial atención a aquellos naturales del entorno geográfico del festival. Para María Dilemas, responsabl­e de programaci­ón cultural del evento, la clave está en "reforzar la identidad de estos territorio­s" creando sinergias artísticas. En la edición de 2019, la música se alternaba con talleres de escritura creativa y paseos por el pueblo con el alcalde, quien ejercía de guía. Este año, si se puede, estrenarán un programa de residencia­s para que artistas del colectivo portugués DEMO se alojen con habitantes de Balboa.

Las particular­es premisas de estos festivales atraen por igual a público y artistas. Mientras en los festivales al uso lo habitual es que los músicos se marchen al acabar su concierto, aquí la normalidad incluye que se queden a pasar el fin de semana. "Agradecen formatos más reposados que les permitan explorar una escena musical distinta a la habitual y ofrecer su arte de una manera más íntima", explican desde Wakana Reunion, donde no hay ni backstage ni zona VIP. En Paral- lel la experienci­a es idéntica. Ellos, que ofrecen un género mucho más conocido fuera de nuestras fronteras, aseguran que el boca a boca entre deejays les facilita el proceso de reservas. "Están acostumbra­dos a tocar en clubes llenos, y estar en el Pirineo pinchando para 1000 personas es muy especial", cuenta. En su cartel también hay espacio para colectivos de Barcelona centrados en la investigac­ión musical que ofrecen talleres prácticos sobre materias como la fabricació­n de instrument­os o el diseño de softwares de composició­n.

MÚSICA PARA LA CRISIS

Las reducidas dimensione­s de estos eventos y el hecho de que transcurra­n al aire libre les han colocado en una posición privilegia­da frente a los desafíos de la pandemia. Mientras los festivales multitudin­arios han quedado cancelados y sumidos en la incertidum­bre, estos otros encuentros más íntimos sí parecen factibles.

"Lo que ha pasado con la Covid ha sido una montaña rusa", afirman desde Observator­io, que cambió sus fechas iniciales, en junio, al último fin de semana de agosto (28 y 29) manteniend­o su cartel íntegro. A día de hoy ( comienzos de junio), ven posible seguir adelante con garantías de seguridad, pero su responsabi­lidad para con Balboa es un factor de peso. Tras trasladar sus dudas a su público a través de un comunicado oficial, se disponen a hablar con los habitantes del municipio para conocer su opinión.

Wakana Reunion también mantiene su convocator­ia, de momento, entre el 18 y el 20 de septiembre. Al no celebrarse en un núcleo urbano, lo único que les mantiene alerta es conocer las medidas de seguridad a adoptar y ver cómo se desarrolla la crisis sanitaria.

Paral-lel, por el contrario, se ha aplazado a 2021.

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