UNA DESAPARICIÓN REAL
En 2018, la princesa Latifa quiso abandonar los Emiratos Árabes Unidos. De camino a aguas indias, los hombres de su padre la detuvieron. Permanece, desde entonces, arrestada.
La princesa Latifa vive en una villa. Desde hace algunos años, reside en una casa de campo amplia, repleta de habitaciones, cubierta de ventanas. Todas tienen rejas. La emiratí no puede salir de casa. Hay hombres en el jardín y mujeres en el interior. Son policías. La vigilan. La única habitación con cerrojo es, cuenta la princesa, el cuarto de baño. Desde allí, con un teléfono que consiguió a escondidas, mandó un mensaje a sus amigos. Desde 2018, vive, por orden de su padre, secuestrada.
APUNTES SOBRE UNA HUIDA
Se había cambiado de ropa en una cafetería. Cuando salió del cuarto de baño, Latifa vestía de negro. Tiina Jauhiainen, su profesora de capoeira, estaba al volante. Ella no contaba con permiso para conducir. Tampoco tenía acceso a su pasaporte. Se lo habían retirado. Ya la controlaban. Afirmaba que su padre, el emir de la capital y primer ministro del país, Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum, la maltrataba. No permitía que viajara al extranjero, no consentía que acudiera a la universidad. Diseñó su huida con Hervé Jaubert, un exespía cuya huida del país árabe, vestido con un niqab y un traje de buzo, había llegado a los oídos de la princesa. Cuando asaltaron el barco, de camino a la costa india, Latifa sintió un pinchazo. Despertó de regreso en Emiratos Árabes. A principios de 2019, Jauhiainen comenzó a recibir vídeos de Latifa. Contaba que no podía ver el sol, no podía salir a respirar aire fresco, que era una rehén en su propia casa. A finales de 2020, la comunicación cesó. Sus amigos y abogados exigen la intervención de la ONU. El organismo ha pedido muestras de vida de la princesa al primer ministro emiratí. La respuesta no contenía material gráfico. En un comunicado, la familia real explicaba que Latifa se encuentra bien, bajo el cuidado de su familia. Asegura que sufre trastorno bipolar.
En 2019, los amigos de la princesa comenzaron a recibir sus vídeos: aseguraba que estaba encarcelada en su propia casa