La joya de la Costa Brava
Antiguo pueblo de pescadores, Calella de Palafrugell mantiene, gracias a sus casitas blancas y sus calas límpidas, la esencia del Mediterránao virgen.
Situada a medio camino entre Barcelona y la frontera con Francia, rodeada de mar y montaña, Calella de Palafrugell es una de las pocas localidades costeras en las que la vida parece no haberse sometido al turismo. El apego a sus orígenes le ha valido el título de 'pueblo con encanto' que otorga la Agencia Catalana de Turismo.
La ruta hasta aquí por carretera se hace entre pinares. Una vez en el pueblo, nada como recorrer a pie sus callejuelas y senderos marítimos en plena naturaleza. Su clima suave hace que cualquier época sea buena para una visita. Los meses de julio y agosto, Calella baila al son de habaneras en sus playas y al ritmo de los espectáculos que se celebran en el Cap Roig Festival, en el escenario idílico de un gran jardín botánico con propuestas musicales para todos los gustos.
El resto del año, la localidad sigue ofreciendo su belleza, sus servicios y sus planes, como submarinismo o cicloturismo. Una agenda y un enclave idóneos para evadirse tan pronto como se pueda. Más información sobre Calella en su web oficial: visitpalafrugell.cat/es