“Mi madre adoptiva fue la única que me creyó cuando me violaron”
"Conocí a la que yo llamo mi madre adoptiva, Charo, en un curso en Guatemala. Había terminado mi carrera de Magisterio y andaba buscando trabajo. Conectamos enseguida. Fue la única persona que me creyó cuando me violaron y me quedé embarazada, poco después. Mi familia me había dado la espalda. Yo estaba completamente sola y Charo fue como un ángel para mí. Me ayudó a curar mi sufrimiento. Una mañana le escribí un mensaje de correo pidiéndole que apadrinara a mi hijo y me dijo que me iba a ayudar y que no me preocupara. Me mandó dinero, ropa para el bebé. Nos elegimos como madre e hija. Confié ciegamente. Al año siguiente, tomé la decisión de venir a España a vivir con ella. No pudimos hacer una adopción porque yo era mayor de edad. Así que tramitamos una acogida. Empecé a estudiar, primero técnico en atención socio sanitaria, después auxiliar de enfermería. Hoy trabajo en La Paz, en Urgencias. Me contrataron al día siguiente de terminar las prácticas. Conseguí la nacionalidad en 2011. Hice una fiesta. Aunque me he sentido decepcionada alguna vez. Por ejemplo, cuando trataba de regañar a mi hijo en la calle, no se me olvida cómo me miraba la gente. Quizá pensaban que yo era la cuidadora. Pero yo ya formo parte de todo lo español. Mi marido, mi segundo ángel, es malagueño. Tuve otro hijo que hoy tiene siete años. Mi hijo mayor lo sabe todo de mí. Desde pequeño le he ido hablando de quién es, de dónde viene. Lo tiene claro".