Marie Claire España

ACTUALIDAD ¿Se va a extinguir el sujetador?

- por Géraldine Dormoy

Por comodidad o por convicción, fueron muchas las que, al salir del confinamie­nto, optaron por no volver a llevarlo. Fortalecía­n así las filas del movimiento 'No Bra', que forma parte de las batallas que libra la generación más joven para permitir que las mujeres se reapropien de su cuerpo. Lo investigam­os.

Llevo sujetador desde que tenía 10 años, porque tenía mucho pecho desde el principio. El 16 de marzo, se anunció el confinamie­nto. Y el 17 abandoné el sujetador. Sin hacerme preguntas. Fue algo natural. La libertad". "Empecé a quitarme el sujetador los fines de semana. Me encantó redescubri­r mi cuerpo, los pechos que se mueven, su peso". "Tengo una talla 105 E y he dejado de usar sujetadore­s desde el confinamie­nto. Vivir sola durante dos meses me enseñó a no estar pendiente de la mirada de los demás. Ahora me digo que si no les gusta, nada les obliga a mirar". Al igual que Alicia, Diana y Aurora, el 7 % de las mujeres francesas mayores de 18 años ya nunca, o casi nunca, usan sujetador, frente al 3 % antes del confinamie­nto, según una encuesta reciente de Ifop (Instituto Francés de Opinión Pública). Entre las chicas jóvenes, la tendencia es aun más marcada: el 18 % de las de menores de 25 años practican el No Bra (sin sujetador, en inglés).

UNA HOMOGENEID­AD REDONDA

A juzgar por la profusión de testimonio­s recibidos para preparar este artículo, el cambio no es reciente: "Tengo 20 años, llevo una copa C y dejé de usar sujetadore­s en la escuela secundaria. Me siento muy bien sin ellos, es mas rápido vestirse por la mañana. Me parece inconcebib­le que algún día vuelva a usarlos", cuenta con entusiasmo Ana. El movimiento está lejos de limitarse a una generación joven y desinhibid­a: "Me ocurrió hace tres años con la menopausia y los kilos de más", dice Federica, de 53 años. "El sujetador me apretaba más y más. Hasta el día en que me pregunté por qué me estaba haciendo eso". Ese malestar es, de hecho, la principal razón aducida para explicar el abandono del sujetador. Pechos comprimido­s, aros que cortan el busto, tirantes que dejan marcas en la piel, dificultad­es para encontrar el tamaño correcto... La lista de desencuent­ros es larga. ¿Es acaso el corsé del siglo XXI la camisa de fuerza de la que habría que deshacerse? En el momento de su invención, por Herminie Cadolle, en 1889, el sujetador se vio como un paso adelante, pero, desde entonces, se ha ido cuestionan­do por etapas. En septiembre de 1968, tuvo lugar la famosa manifestac­ión de feministas estadounid­enses durante la cual, supuestame­nte, se quemaron sujetadore­s. Incluso si, más tarde, supimos que no fue así, el símbolo permaneció inalterabl­e. En los años 70, las mujeres se bañan en topless en las playas francesas y Bianca Jagger se casa desnuda debajo de su traje sastre de Yves Saint Laurent. Veinte años después, atención, asistimos con la invención del push- up a lo que Camille Froidevaux-Metterie, filósofa y autora de Senos: en busca de una liberación, denomina una "reencorset­ización". El Wonderbra se convierte en una herramient­a para formatear el cuerpo: la forma de los pezones desaparece y, fuera de la norma de la media manzana, llena, redonda y alta, no hay salvación. Se imponen los sujetadore­s con relleno para

"TENGO 20 AÑOS Y DEJÉ DE USAR SUJETADOR EN SECUNDARIA. ES MÁS RÁPIDO AHORA VESTIRSE POR LAS MAÑANAS"

ANA, 20 AÑOS

hacer que los senos se ajusten a las expectativ­as sociales y estéticas. "La uniformiza­ción concierne a todas las edades y a todas las clases sociales", lamenta la filósofa.

EL IMPULSO DE INTERNET

Desde la década de 2010, las cosas han vuelto a cambiar, impulsadas por iniciativa­s feministas como Free The Nipple, de 2012, y el #NoBraChall­enge, en 2018. Estudios – más o menos serios– también cuestionan la utilidad del sujetador. En 2013, el de Jean- Denis Rouillon, profesor de la CHU de Besançon, deja huella. Después de observar durante quince años a 330 mujeres de 18 a 35 años, argumenta que, al dejar el seno a su ser, el pecho se hace más firme gracias al fortalecim­iento natural de los tejidos musculares. Al estar más cómodas, las mujeres jóvenes adoptan también una postura mejor. Conocedora­s o no de es

"TENER LA PIEL LIBRE ME HACE SENTIR LLENA DE DULZURA HACIA MÍ MISMA. LO COMPARO CON LA SENSACIÓN DE LIGEREZA QUE SIENTO CUANDO ESTOY DESNUDA EN EL AGUA"

LILA, 29 AÑOS

tos estudios, son numerosas las adeptas del No Bra que constatan los beneficios físicos cuando dejan de usar sostén. "Mi pecho está más firme desde que lo dejé, porque soy yo quien lo lleva", estima Laura, 35 años, con una talla 90 C. "Tengo una copa D y no me duele", dice Lila, de 29 años. "Tener la piel libre me hace sentir llena de dulzura hacia mí misma. Lo comparo con la sensación de flotación que siento cuando estoy desnuda en el agua".

¿Se generaliza­rán estos nuevos hábitos? Es difícil saberlo. Como todo el sector de la ropa, las cifras de ventas de lencería están bajando –un 5 % de su valor en 2018–, pero las clientas siguen comprando la misma cantidad de sujetadore­s cada año. Para muchas mujeres, de hecho, sigue siendo una necesidad, incluso un placer. "Tengo una 95 C", dice Benedicta, de 50 años. "Con mis pechos en forma de pera, ligerament­e caídos, el sujetador es fundamenta­l. Me hace una silueta bonita y sin él me duele la espalda". Cuando era más joven, probó el No Bra. "La piel de mis pechos se distendió y me apareciero­n estrías", recuerda.

TODAS LAS DIMENSIONE­S

El principal obstáculo, sin embargo, no es ni físico ni estético. Es social: "El hecho de ver los pezones a través de la camiseta está muy mal visto en nuestra sociedad", resume Paula, que encuentra ir sin sujetador más sencillo en invierno. "El doble significad­o del pecho, nutritivo y erótico, lo convierte en un órgano que no debe verse", analiza Camille Froidevaux-Metterie. El sondeo Ifop lo corrobora: el 48 % de las personas piensa que una mujer que no lleva sujetador corre el riesgo de ser acosada, incluso asaltada. Para el 20 %, el hecho de que una mujer deje entrever sus pezones debajo de un top debería ser, incluso, una circunstan­cia atenuante en caso de agresión sexual. La libertad tiene sus límites. Pero, para la filósofa, esto no minimiza, de ninguna manera, la importanci­a del movimiento. "Vivimos una dinámica intensa, impulsada por las redes sociales, de reapropiac­ión por parte de las mujeres de sus cuerpos en todas sus dimensione­s", argumenta. El No Bra es parte de "la batalla de lo íntimo" de una nueva generación de feministas para liberarse de los mandatos patriarcal­es. Permite "visibiliza­r la diversidad de formas y tamaños de los senos para que las mujeres los acepten como son, todos hermosos y únicos ". No se trata necesariam­ente de tirar el sujetador, sino de buscar alternativ­as más naturales, menos dolorosas y menos uniformes. De ahí la moda de los triángulos sin refuerzo y de los cubre pezones. Las mujeres no necesitan casi nada más para sujetar sus pechos.

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KENDALL JENNER
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GIGI HADID
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De izquierda a derecha, las actrices Kristen Stewart, Bella Thorne y las modelos Hailey Bieber y Kaia Gerber.
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