Marie Claire España

MINA EL HAMMANI

MINA EL HAMMANI LOGRA EN EL INTERNADO EL PRIMER PAPEL DONDE NO INTERPRETA A UNA MUJER ÁRABE; UN GRAN PASO EN LA LUCHA POR LA DIVERSIDAD DE ESTA ACTRIZ, EMBAJADORA DE KISSKISS SHINE, DE GUERLAIN.

- por Violeta Valdés fotos Félix Valiente estilismo Rut Baticón

Su infancia, su trabajo y el privilegio de cambiar el paradigma.

LEER LOS LABIOS Logramos una boca irresistib­le con Kisskiss Shine Bloom 709 Petal Red, de Guerlain, un rojo intenso de efecto brillante y con un 95% de ingredient­es de origen natural. Su textura excepciona­lmente fundente suaviza e hidrata durante 24 horas. En la otra página, jersey de punto rosa con lentejuela­s de colores, de Loewe. La piel adquiere una luminosida­d inmediata gracias al Aceite Acuoso de Juventud Abeille Royale, y se ha maquillado con L'Essentiel High Perfection, con un 96% de ingredient­es de origen natural. Ambos de Guerlain.

NUEVA FEMINIDAD Vestido rosa con tirantes rojos y detalles de pedrería, de Miu Miu. La máscara Mad Eyes alarga y potencia el volumen de las pestañas. El labial Kisskiss Shine Bloom 229 Petal Blush, con manteca de karité orgánica que proporcion­a confort todo el día, crea un brillo sin precedente­s. En la otra página, se ha aplicado sobre los párpados Mad Eyes Contrast Shadow Duo Red Plum, con una textura cremosa que, una vez aplicada, permanece fija 24 horas sin resecar la piel. Todo de Guerlain.

"SI HAY CHICAS QUE QUIEREN IR CON VELO AL INSTITUTO, NO VEO EL PROBLEMA. HACE FALTA UN POCO DE EMPATÍA"

Miedo" y "orgullo" son las palabras que más repite Mina El Hammani (Madrid, 1993) durante nuestro encuentro en el plató, mientras Kley Kafe alisa mechón a mechón esos rizos oscuros que tantas veces antes ha estirado con plancha de la ropa cuando iba al instituto. Rizos que protagoniz­aron una gran polémica en Twitter cuando, en la segunda temporada de Élite (la serie que la ha lanzado al estrellato), su personaje los exhibió tras quitarse el velo. A diferencia de Nadia, la actriz jamás ha usado hiyab tras las cámaras, pero es hija de inmigrante­s musulmanes, y admite que "hay que ser fuerte psicológic­amente, porque a veces no es fácil vivir en un país tan distinto a la cultura de casa". No obstante, niega que Nadia represente la realidad de las jóvenes musulmanas en España: "Élite no es un documental". Eso sí, confiesa que, como actriz, siente una responsabi­lidad frente a ellas: "Primero, por respeto, y segundo, porque las apoyo al cien por cien. La situación es bastante complicada".

En ocasiones, Mina también se ha sentido en conflicto con sus raíces: "Todos los personajes que interpreto son árabes, y llevo trabajando desde los 19 años...", cuenta hastiada. " Estoy luchando por la diversidad. Al fin y al cabo, soy española; he nacido en España, aunque tenga mis orígenes y esté orgullosís­ima de ellos. Cuando he ido a un casting para optar a un personaje llamado Shalima, me encantaría ver a otras chicas de origen árabe presentars­e. Y es lo contrario: estoy yo, una de las pocas, y sin embargo, pueden optar para el papel españolas que se llamen Paula o Tamara. En cambio, yo no puedo aspirar a un personaje que se llame Paula", afirma mientras el peluquero le hace una trenza para retorcérse­la en un moño bajo.

El caso es que acaba de debutar en El Internado, interpreta­ndo a una profesora llamada Elvira. Y también ha sido elegida por la prestigios­a firma Guerlain como embajadora. Un cambio de paradigma maravillos­o y absoluto. "Creo que se está evoluciona­ndo, sobre todo en España. Conceder este rol a una chica de origen marroquí es digno de admiración, y para mí, un grandísimo orgullo. Además, las nuevas generacion­es necesitan referentes con los que identifica­rse", apunta. ¿Cuándo empezaste a maquillart­e? Mi madre utilizaba kohl, y yo siempre he marcado mucho los ojos. Pero ahora he descubiert­o los labiales de Guerlain, tan hidratante­s, y estoy loca con Kisskiss Shine porque son muy nutritivos. Además, Kisskiss Shine aporta un poco de volumen, y tiene unos tonos que dan poderío. El 521 es mi favorito, un rojo burdeos que va genial con mi tono de piel, y lo llevo hasta cuando uso mascarilla.

¿Cómo fue tu infancia? Feliz, aquí en Madrid, con mucha diversidad. Mis padres son muy humildes y nos han dado todo lo posible. Y yo he trabajado desde joven porque sabía a qué quería dedicarme, así que he ayudado. Siempre digo: "Mientras tengas manos y pies, puedes encontrar trabajo".

¿No te tomaron por loca cuando te dio por la interpreta­ción? Por loca, no, pero cuando pedí a mi madre que me apuntara a teatro, ella me llevó a francés para esquivarlo. Resulta que, a los siete años, el novio de mi vecina trabajaba en la productora de Ana y los 7, y buscaban a una actriz de mi edad. Me llegó la separata, y recuerdo preguntar a mi madre: "¿Entonces puedo ser otra niña?". Era como un juego. Al final no me pude presentar al casting, pero se me quedó la espinita clavada, y cuando me decido por algo, independie­ntemente de lo que me digan, sé que, si hoy no, mañana lo haré. Así que a los dieciséis empecé a trabajar y a formarme en una escuela de interpreta­ción.

¿Eras buena estudiante? Con ocho años, nos mudamos por el trabajo de mi padre, y en el segundo colegio me sentí muy acomplejad­a. Todos mis trabajos resultaban estar mal, o los profesores me acusaban de no haberlos hecho yo, sino mi hermana mayor... Tenía nueve años y estaba desmotivad­a. Empecé a montarme mis películas y desarrolla­r mi faceta actoral en las horas de clase...

Y al final te has convertido en el rostro de una generación; con tu trabajo, representa­s un gran cambio. Es cierto que el personaje de Nadia vive dos realidades

culturales, y se enfrenta a dificultad­es; pero si hay chicas que quieren ir con velo al instituto, no veo el problema. A veces no entiendo el revuelo cuando veo las noticias. Dicen que es un accesorio más, pero será para ellos... Hace falta un poco de empatía. Si me dices que el velo perjudica su salud o la de sus compañeros, podría entenderlo, pero me frustra la falta de lógica; es que no entiendo nada. ¿Cuál es el problema real? Por otro lado, me encanta que esas jóvenes vean que es posible dedicarse a la interpreta­ción. Muchas chicas me han enviado mensajes diciendo: "Quiero actuar, pero me da miedo por mi familia". Y las entiendo porque yo también he tenido ese miedo. Sin embargo, no me limito como actriz ni pienso hacerlo nunca. Si en una secuencia tengo que besar a una persona, lo haré, porque es mi trabajo. Es muy común que se genere ese miedo, porque es una religión muy bonita pero también tiene aspectos muy cerrados, y hay cosas que quizá no se vean bien. Pero no es por la religión, sino por el qué dirán: por la familia, los vecinos… Aunque tu madre no vaya a cuestionar­se qué dirá la vecina de enfrente. Pero, si realmente quieres hacer algo, has de saber por qué quieres hacerlo y tirar para adelante. Obviamente, no es fácil, pero si lo haces con amor y respeto, todo saldrá bien.

En El Internado, al fin interpreta­s a una mujer sin raíces árabes. He rechazado muchos papeles porque quería crear otros como este: hacer carrera en la industria y adentrarme en personajes que no haya tocado o situacione­s extrañas para mí. Es un trabajo que disfruto y me hace feliz, así que el personaje de Elvira me da la posibilida­d de que puedan verme en otra faceta, que no me limito y que todo lo que venga para mí es maravillos­o. Estoy aquí para afrontar muchos retos. De lo contrario, hubiera sido oficinista para trabajar ocho horas al día.

¿Cómo ha afectado el éxito a tu vida? Mi familia no ha cambiado, aunque he podido darles un poco de estabilida­d. Mi padre es obrero y la crisis económica le afectó, así que es muy grato saber que no va a faltarles de nada, que ya me encargo yo. Y mis amigos siempre han estado ahí.

Con el éxito de plataforma­s como Netflix o Prime Video, ¿cómo ves el futuro de la industria audiovisua­l? Ya ha cambiado y a mí me ha cambiado. Ahora estoy viendo una serie que emite un capítulo cada semana y estoy estresada, porque ahora, como sueles tener acceso a todos los capítulos de golpe, llegas a consumir una temporada en una tarde. Creo que pasa igual con las redes sociales: te permiten tener acceso a todo a la vez, y no es sano. Consumimos constantem­ente, y nos ausentamos del presente. Yo solo tengo Instagram, pero es lo primero que veo por la mañana, antes de tomarme el café o darle un beso a mi gato. ¿Por qué tengo la necesidad de ver qué ha pasado o la reacción del público ante algo? Nos hemos acostumbra­do, y no deja de parecerme extraño. A veces cojo el móvil para grabar stories, y no me sale: estoy hablando con una pantalla, no hay nadie detrás; me da como vergüenza....

Pero Instagram te aportará muchas cosas buenas. Depende. He tenido momentos malos por redes sociales, con opiniones muy negativas. Las críticas me parecen bien cuando sean constructi­vas o generen una conversaci­ón. Te expones y opinan, aunque de ahí a las palabrotas... para nadie es grato recibir insultos. Pero reconozco que también hay una parte muy bonita, de gente que me apoya, y yo se lo agradezco. Al final, hacemos todo esto para ellos. Ahora has dirigido y producido un corto. Sí, 30 segundos; estoy muy orgullosa. Cuatro mujeres, en apariencia, inconexas se reúnen porque tienen algo en común. Hay mujeres de todo tipo que sufren como las de 90-60-90, y quiero verlas.

Por suerte, es tendencia en moda y belleza. ¡Ya tocaba! Hace unos meses di una sorpresa a unos chavales de instituto. Les pregunté qué querían ser de mayores, y una chica me dijo: "Yo quiero ser modelo curvy". ¡Algo ha cambiado! A los trece años, yo quería tener un tipo de cuerpo que no se correspond­ía conmigo. He hecho cosas extrañas para querer perder peso. Y ese mensaje de ella fue como "¡joder, qué guay! Se está haciendo algo bien". Que te sientas a gusto con tus curvas es un paso tremendo. Dar visibilida­d a nuevos cuerpos, etnias… surte efecto. ¿Y qué le pides a la industria audiovisua­l? Que se valore el talento que hay en España, independie­ntemente del color u origen del actor. Que abran la mente. Cuando vea una serie producida en España sobre una familia negra, sin ningún conflicto por ser negros, algo habrá cambiado. Todavía queda mucho por hacer. Y no lo digo por mí, porque me siento una privilegia­da por interpreta­r a un personaje que no tiene nada que ver con mi origen... Espero que, el día de mañana, todos mis compañeros puedan ser valorados para todo tipo de papeles.

"MUCHAS CHICAS ME ENVÍAN MENSAJES DICIENDO: 'QUIERO ACTUAR, PERO ME DA MIEDO POR MI FAMILIA'"

 ??  ?? Mina El Hammani lleva la barra de labios Kisskiss Shine Bloom 52 Kiss to Say, muy hidratante gracias a sus esferas de ácido hialurónic­o, y luce una piel luminosa con los Météorites Pearl Glow Pink Pearl, que reflejan la luz mientras matizan el rostro. Ambos, de Guerlain.
Mina El Hammani lleva la barra de labios Kisskiss Shine Bloom 52 Kiss to Say, muy hidratante gracias a sus esferas de ácido hialurónic­o, y luce una piel luminosa con los Météorites Pearl Glow Pink Pearl, que reflejan la luz mientras matizan el rostro. Ambos, de Guerlain.
 ??  ?? EN FLOR En ambas páginas, Mina El Hammani lleva top rojo de mangas abullonada­s y pantalón de cuero fucsia, ambos de Isabel
Marant; y pendientes de aro en oro amarillo de Tiffany & Co. Concedemos todo el protagonis­mo a cejas y labios con: Mad Eyes Brow Framer, que aporta volumen y fijación de forma elegante y natural; y Kisskiss Shine Bloom 775 Poppy Kiss, un tono rojo amapola brillante. Ambos, de Guerlain.
EN FLOR En ambas páginas, Mina El Hammani lleva top rojo de mangas abullonada­s y pantalón de cuero fucsia, ambos de Isabel Marant; y pendientes de aro en oro amarillo de Tiffany & Co. Concedemos todo el protagonis­mo a cejas y labios con: Mad Eyes Brow Framer, que aporta volumen y fijación de forma elegante y natural; y Kisskiss Shine Bloom 775 Poppy Kiss, un tono rojo amapola brillante. Ambos, de Guerlain.
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 ??  ?? TOQUE ORIENTAL Vestido rojo de doble botonadura y mangas acampanada­s, de Fendi. Los labios quedan irresistib­les con Kisskiss Shine 119 Floral Nude, un nude suave y empolvado. Su bronceado radiante se debe a los nuevos polvos Terracotta, con un 96% de ingredient­es de origen natural. Ambos de Guerlain.
TOQUE ORIENTAL Vestido rojo de doble botonadura y mangas acampanada­s, de Fendi. Los labios quedan irresistib­les con Kisskiss Shine 119 Floral Nude, un nude suave y empolvado. Su bronceado radiante se debe a los nuevos polvos Terracotta, con un 96% de ingredient­es de origen natural. Ambos de Guerlain.
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Kisskiss Shine Bloom 521 Kiss to say, de
Guerlain (39,80 € ).
Barra de labios Kisskiss Shine Bloom 521 Kiss to say, de Guerlain (39,80 € ).
 ??  ?? DELICADEZA Jersey de punto rosa, de Zara. La base de maquillaje L'Essentiel High Perfection, de Guerlain, con efecto de segunda piel, la deja uniforme y delicadame­nte matificada, conservand­o su luminosida­d.
DELICADEZA Jersey de punto rosa, de Zara. La base de maquillaje L'Essentiel High Perfection, de Guerlain, con efecto de segunda piel, la deja uniforme y delicadame­nte matificada, conservand­o su luminosida­d.

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