El alivio mental de un cambio de look.
Como un rito de iniciación (a veces inconsciente), cortar, dejar crecer, cambiar de color, transformar... marca un punto de inflexión entre un pasado con el que queremos romper y un futuro que queremos escribir.
Decía Coco Chanel que "una mujer que se corta el pelo está a punto de cambiar su vida". Hablamos con cuatro mujeres que comparten esta misma opinión, tras comprobar que un gesto tan simple como someterse a un cambio de look les llevó a replantearse sus convicciones, marcando un punto de inflexión en sus vidas. "Esto es algo que yo he podido constatar después de años transformando el estilo de muchas mujeres", nos cuenta Ángela Navarro (angelanavarro.com), asesora de imagen y muy implicada en ayudar a las pacientes que atraviesan un proceso oncológico. "Un cambio radical de imagen suele ser un reflejo de una necesidad más profunda, algo interno, del querer dar visibilidad a otras facetas de nosotras mismas. Muchas personas vienen a la peluquería sin tener muy claro cómo quieren cambiar pero sabiendo que lo necesitan: 'Estoy aburrida de verme siempre igual', 'quiero llevar algo más atrevido' o 'no sé qué me pasa que no me encuentro', son algunas de las frases que más he escuchado a lo largo de mi trayectoria profesional", asegura Navarro.
YA LO DECÍA SANSÓN
"El cabello es, desde un punto de vista antropológico, un elemento corporal muy poderoso, y en la mujer, si bien es algo que ha ido cambiando, el pelo largo, suelto o recogido, se ha asociado a feminidad en prácticamente todas las culturas", nos explica Laura Palomares, psicóloga y directora de Avance Psicólogos ( avancepsicologos. com). "Cualquier manera de cuidarnos y sentirnos mejor con nuestro físico es importante, y no tiene por qué ser algo superficial, si no se convierte en algo obsesivo", continúa. "El corte de pelo tiene, en ocasiones, mucho que ver con cómo nos sentimos y muchas veces está detrás de cambios importantes o de la necesidad de llevarlos a cabo".
La directora del salón de peluquería Diana Daureo (dianadaureo.com) afirma que "las rupturas sentimentales o los cambios en el trabajo son las principales razones por las que mis clientes me cuentan que deciden modificar su cabello de una forma más radical". Pero hay personas que van un paso más allá, que incluso lo hacen con la intención de autocastigarse cuando atraviesan por un proceso traumático. "Hay quienes se hacen un corte feo o poco favorecedor para desplazar el dolor de su vida hacia el de su imagen. Es otra forma de infligirse sufrimiento o de manifestar una pena o emoción negativa, de forma simbólica", señala Palomares. "Cuando esto ocurre, es posible que un sentimiento de rabia o ira no se esté gestionando adecuadamente y por ello se dirija hacia uno mismo". Cambiar de peinado es una buena forma de reafirmarse o de demostrar algo a los demás, pero es importante que antes lo hagamos para nosotras mismas. También el hecho de cuidar el físico y vernos bien es un acto de autocuidado que favorece la autoestima, sin embargo, es importante que no se convierta en algo obsesivo. "Son muchas las presiones, también sociales, que en ocasiones no advertimos y que pueden llegar a coaccionarnos", puntualiza la psicóloga de Avance Psicólogos.