OBJETO DE CULTO
Dicen que las pieles más bonitas son aquellas que reflejan la luz del sol sobre la piel. En esto precisamente se inspiró Guerlain para crear sus icónicos polvos bronceadores Terracotta, un must-have femenino que nació a raíz de un viaje al corazón del desierto, donde se apreciaban los reflejos del sol a lo largo de las dunas. Desde su creación en 1984, se convirtieron en un gesto de belleza mundial (se vende un Terracotta cada 25 segundos), gracias a su acabado único y natural: una tez iluminada, un tono uniforme y un efecto buena cara. Para la Maison, el éxito reside también en la experiencia sensorial que proporciona: "Con notas de ylang-ylang y flor de naranja calentadas con haba tonka y vainilla, la legendaria e irresistible fragancia de Terracotta encapsula el verano. Esta fragancia transporta los sentidos hacia lugares cálidos y soleados", explica Brigitte Noé, directora del departamento de desarrollo de investigación de LVMH.
En 2021, fiel a su compromiso green, Guerlain ha desarrollado una nueva formulación en la que utiliza un 96% de ingredientes de origen natural. Además, haciéndose eco de los orígenes desérticos que inspiraron estos polvos, por primera vez ha añadido unas gotas de aceite natural de argán marroquí, conocido por sus propiedades nutritivas, y obtenido a través de la red de cooperativas Targanine, creada hace más de 15 años. Gracias a su exclusivo ritual de aplicación que consiste en pasar la brocha por las zonas elevadas del rostro dibujando un 3, puedes conseguir fácilmente una piel 'besada por el sol'.