UNA CASBA EN LAS ALTURAS
Azafrán, cardamomo, comino. Los colores de un mercado marroquí de especias convierten este dúplex barcelonés en una medina árabe. Tapices y detalles de inspiración bereber crean un puente aéreo directo entre Cataluña y el norte de África.
Una fortaleza moderna
Proyectada en 1976 por el arquitecto Josep Lluís Sert, esta residencia de
220 m² vive hoy una segunda juventud. Sus habitantes, un matrimonio amante de los viajes, recalaron en la ciudad tras una estancia larga en Marruecos. Se quedaron y trajeron consigo la esencia del país vecino, que aparece en multitud de muebles comprados en mercados de segunda mano de Marrakech, como los dos grandes espejos que adornan esta columna. Aplique, de CTO Lighting; mesa, de Ziraldesign; caja comprada en el mercadillo de Saint Ouen; tapiz, de Soufiane Zarib; macetas, de Conillas.
En la página anterior, fotografía de César Ordóñez. Mueble fabricado a medida por un artesano en Marruecos. Sobre ella, jarrón blanco traído de Ibiza y cuencos africanos de Marruecos. Silla y lámpara vintage, de Ziraldesign.