PENÉLOPE CRUZ
Una conversación a corazón abierto con la estrella.
Su próximo largometraje, The 355, llegará a los cines el año que viene. Una película de acción explosiva donde las mujeres toman la iniciativa. Algo que, fuera de las cámaras, la estrella española, después de casi treinta años de carrera en la pantalla, continúa trabajando como embajadora de Lancôme y a través de su compromiso contra el analfabetismo de las niñas o el acoso sexual. Desde Madrid, nos cuenta sus luchas, nos habla de las mujeres que amaba observar en el salón de belleza de su madre o de su nueva madurez, pero también de la terquedad de su signo, tauro, en el que se encuentra reflejada. Entrevista a corazón abierto.
Sonlas nueve y media de la mañana. París y Madrid ya están bien despiertos. Penélope Cruz está, me dice, en su cocina. ¿Quizás tiene una buena taza de café solo frente a ella? En París, es un té. El segundo confinamiento impone la distancia reglamentaria, en este caso de unos miles de kilómetros, entre Marie Claire y Penélope. El encuentro tiene lugar a ambos extremos de la línea (el shooting pudo realizarse en Madrid, con el equipo de Marie Claire). Hay que imaginar los gestos, las miradas, la ropa, y eso está bien. ¡Viva la imaginación! Penélope Cruz vive en una casa, con su esposo, el actor Javier Bardem, y sus dos hijos, los cuatro recluidos, pero no demasiado esta vez. Como en Francia, las escuelas están abiertas y el trabajo, autorizado. La actriz, que celebra sus diez años como embajadora de la marca Lancôme, debía aparecer este mes en The 355 (1), una película de acción cien por cien adrenalina, feminista y contundente, cuyo estreno ha sido pospuesto finalmente para el próximo año.
En este momento, Penélope está rodando su próximo papel, el número 52, con su viejo cómplice Pedro Almodóvar. Al teléfono, es conversadora, encantadora, abierta, aunque a veces preferiría no contestar a algunas preguntas. Pero por lo demás, la hora transcurre como un sueño con esta mujer llena de entusiasmo, de luchas, pasiones, certezas y debilidades. Escuchémosla, escuchemos a Penélope.
¿Cómo está viviendo estos tiempos? Ahora, las escuelas están abiertas y, por suerte, podemos trabajar. Estoy trabajando en una película con Almodóvar. Empezamos a rodar en marzo y afortunadamente todo está saliendo bien. Estoy muy feliz de poder seguir trabajando, especialmente con él. ¿Hay cosas nuevas que nunca antes había tenido tiempo de hacer con su familia? Siempre me ha gustado pasar mucho tiempo con ellos. Digamos que estar juntos todo el tiempo, 24 horas al día, 7 días a la semana, en un solo lugar. Fue el único aspecto positivo de esta preocupante situación. He aprovechado para cocinar más en familia, meditar más...
¿Y qué ha aprendido sobre sí misma durante los confinamientos? A conectar mejor conmigo misma, precisamente. A valorar incluso más la salud, ¡y siempre la he valorado! Sacar todo lo posible de mis recursos internos. Volví a empezar a meditar – disciplina que practiqué durante muchos años–. Y cuando supe que íbamos a tener que estar encerrados durante varios meses, me dije a mí misma que tenía que usar todas las herramientas que me han ayudado en la vida al máximo. Además de la meditación, me preocupé por pasar aún más tiempo cocinando de manera muy saludable. Como madre de dos niños, me preocupa reforzar su sistema inmunológico a través de la alimentación. Debemos aprender las lecciones de todo esto, espero que la pandemia nos haga darnos cuenta de que el mundo es solo uno, porque hay un gran riesgo de que esta crisis cree aún más divisiones entre las personas.
¿Se involucró de una forma más concreta? Sí, mucha gente se ha quedado sin trabajo, ha perdido a miembros de su familia o ha sufrido mucho psicológicamente por estar encerrado en espacios muy reducidos. He participado junto a Alejandro Sanz y Cruz Roja en una campaña enfocada a enviar alimentos en invierno a familias necesitadas, ya que las devastadoras consecuencias del virus afectan a las familias de una manera enorme.
En The 355, su próxima película, interpreta a una mujer sometida a la idea que tiene de la familia, y deseando mantenerse alejada de las convulsiones sociales, incluso cuando la situación la obliga a elegir de qué lado estar. ¿Es usted, de alguna manera? No, en realidad no, pero me encantó la complejidad del personaje. Cuando Jessica [Chastain, coproductora de la película] me llamó para ofrecerme interpretar con ella a uno de los personajes, yo le propuse que Graciela, mi personaje, fuese el pez fuera del agua, alguien que no sabe pelear, odia las armas, y que se considera ante todo madre y no quiere ser parte de esa misión, pero se ve obligada. Me pareció interesante porque es algo inesperado dentro de ese género y que pocas veces encontramos en este tipo de cine. Me dije a mí misma que mi personaje podría traer, a través de este conflicto, toques de comedia y vulnerabilidad a un mundo de espías. A Jessica y al director les encantó la propuesta y eso fue lo que hicimos.
En un momento de la película, hace esta pregunta: "¿Tienes algún secreto?". ¿No es esa una pregunta crucial en un momento en que las redes sociales y la tecnología nos quitan cada vez más nuestra privacidad? No, no creo. Solo tienes que elegir de qué lado estás. Depende de ti decidir si quieres compartir tus secretos y tu vida personal en las redes sociales o si solo quieres usarlo para el trabajo, para el activismo, para promover temas que te parezcan importantes. Nunca se me ocurriría usar las redes sociales para hablar sobre mi vida familiar. No va con mi ca
rácter, pero no juzgo a los que lo hacen. ¿Qué no soporta oír sobre usted? No me fijo en lo que otros piensan de mí. Incluso cuando recibo elogios, trato de mantener la distancia y no creérmelo del todo. En cuanto a los comentarios negativos, no lo sé porque no los suelo leer. ¡Sería un ejercicio realmente malo para mi salud mental! [Risas]. Solo me preocupan las opiniones de mi familia y amigos. Por supuesto estoy agradecida a quienes les gustan mis películas o me demuestran cariño. ¿Sigue participando activamente en Write Her Future, el programa contra el analfabetismo de las niñas desarrollado por Lancôme? Sí, ¿hay una idea mejor que dar a las niñas las herramientas que necesitan para poder estudiar? Proporcionar educación significa darles la libertad de tomar las riendas de su vida. En un viaje a Calcuta con veinte años, conocí a una niña huérfana de ocho años que me conmovió tanto que decidí ocuparme de su educación. Un día, cuando aún era pequeña, me preguntó si podía traerla a España a estudiar, y a los 20, sus excelentes resultados le permitieron quedarse aquí para vivir y estudiar. Es una de las cosas de las que estoy más orgullosa. Ha sido muy responsable y era tan buena en la escuela que pudo ingresar en una universidad de Madrid importante. Uno de los nuevos ejes de Write Her Future en España está dedicado a jóvenes madrileñas y me hace muy feliz. Ha sido embajadora de la marca durante diez años. ¿ De qué está hecha esta relación? De magia. Me siento muy afortunada y privilegiada de ser el rostro de Trésor, que es el primer perfume que usé cuando era adolescente. Mis padres me lo compraron porque se lo pedí, porque me encantaban los anuncios hechos por Peter Lindbergh con Isabella Rossellini. Me encanta también que haya tantas embajadoras de diferentes nacionalidades, diferentes culturas, diferentes edades, de veinte a sesenta y tantos, como es el caso de la maravillosa Isabella Rossellini.
La belleza, ya sea en el cuidado o el maquillaje, ¿ha evolucionado o cambiado en estos diez años? Puede que no sea una máxi
"En el salón de belleza de mi madre, en lugar de estudiar, observaba a las mujeres que intimaban durante un tiempo que les parecía sagrado. Podían expresarse, compartir secretos y salir de allí sintiéndose un poco mejor en su piel"