BOCA DE CRISTAL
Susana Abaitua lleva casi quince años sobre tablas y frente a cámaras. En su tiempo libre, la actriz vitoriana, de ascendencia francesa, surfea el Atlántico. En estas páginas, dilemas.
Las palabras honestas de la actriz vitoriana Susana Abaitua.
Susana Abaitua está de pie sobre el retrete de la plaza de toros de Leganés. Hace frío fuera. El puente de la Constitución lo trae cada año a Madrid. Su prima Sofía encaja los pies en el hueco libre de la taza. Guardan silencio. La señora de la limpieza está ocupada ahora con el cubículo que precede al suyo. Están nerviosas. La puerta está solo entrecerrada. De golpe la megafonía se activa. El concierto está a punto de comenzar.
"Tenía 16 años y era una lianta. Le dije 'vale, tenemos entradas para el primero, pero nos escondemos en la última canción, aunque nos la perdamos, y nos quedamos al segundo, doble sesión'. Salimos corriendo hacia la pista y nos colocamos en primera fila, porque, claro, veníamos del baño. Uno de los productores de la banda bajó de repente del lateral y me dijo ( pone acento argentino) ' che, ¿ me dejás tomarte una foto? Sos igual que Luisana Lopilato'. Y yo 'claro, si luego los puedo conocer'. Y me dijo 'estamos en este hotel, entrad por esta puerta'. Ese es mi top de fanatismo, con Rebelde Way. Pero no lloraba. Dios mío, Benjamín Rojas. Yo estaba enamorada. Enamorada". Carla, su personaje en Loco por ella, también está enamorada. Le cuesta distinguirlo. Sufre trastorno bipolar. A Nerea el amor la lleva a Alemania tras el asesinato de su padre. En Patria, ETA tirotea a El Txato. La banda terrorista vuelve a activar la acción en El comensal, la novela de Gabriela Ybarra que ahora, antes de estrenar Fuimos canciones, rueda.
Has pasado del círculo indie al de las plataformas. ¿Para qué sirve la fama? Para el ego. Pero el mío se cubre cuando las personas que me importan me dicen que lo he hecho bien. O para que te llamen más. Hasta la palabra es superficial. Recuerdo que cuando era pequeña no quería decir que quería ser actriz porque me daba vergüenza que creyeran que quería ser famosa. Decía que quería estudiar arte dramático. Pero si alguien quiere solo fama, adelante. No juzgo el 'influencerismo'. Yo he pensado en quitarme Instagram un millón de veces. Paso demasiado tiempo ahí. ¿ Diriges la imagen que das allí? Si alguien te dice que no, miente. Es despreocupada y así lo procuro. Tengo amigas que saben incluso cómo les queda la paleta de color de su muro. A eso no llego. Es una ventana para productores y directores. Hay que tener cuidado porque si te ven colaborando con todas las marcas, quizá te vean demasiado instagramer y entonces asuman que eres mala actriz. Me parece una absoluta estupidez, pero yo tengo cuidado. Es una mierda. Y le pasa más a la mujer. Todo lo que nosotras hagamos se enjuicia más. Si enseña su cuerpo en Instagram, no es seria. Como en ese vídeo viral: "¿No comes mucho? Ay, hija no puedes estar siempre a dieta, pero no comas demasiado, a ver si vas a engordar". ¡ Dejadme en paz! Si me quiero poner un tacón, me lo pongo. Si me quiero hacer láser y quitarme los pelos, me lo hago. Que cada una haga lo que quiera, que será igual de feminista. De joven sí decía "no, es que hay que ser así". Me iba a un extremo. Al de salvadora. Sí. Y parte de liberar es no imponerse. Siempre hablo de la depilación. Yo me depilo. Lo he pasado muy mal con el tema porque soy consciente de dónde viene. Yo decía "me encantaría dejarme los pelos", pero acepté el mundo en el que vivo y que me quiero depilar porque he entrado en él y me siento más sexy, más guapa, mejor. Yo intento no comprarme ropa en algunas tiendas porque me parece que hay que saber dónde pones tu dinero. Comercio justo. Te digo esto y tengo un iPhone. ¡Cojamos más el tren y menos aviones! Lo digo y tengo una furgoneta. No se puede una cargar con todas las batallas. Claro. Yo no como carne, pero sí pescado. Y me dicen eh, y los peces qué. Pues sí, con una trucha empatizo menos. Si no comes ni carne ni pescado, tienes que tomar suplementos y yo soy un caos. Yo recojo perros por la calle y me dicen "oye, y los niños que se están muriendo de hambre, ¿qué?". No te preocupes, que si viera un niño atado a un palo también lo cogería. De momento, me he encontrado perros. ¿Qué relación tienes con tu cuerpo, que es tu herramienta de trabajo? Me siento afortunada, me parecería injusto lo contrario. Cuanto más creces, más aceptas las inseguridades. Quizá en alguna secuencia de sexo estás más vulnerable, pero intento combatirlo. No quiero que se represente la perfección. Quiero realidad. Mi mayor rallada cuando hago una escena de