¿APORTA ALGO, HOY EN DÍA, LA PRENSA FEMENINA?
Catalizadora de los cambios de nuestra sociedad, espejo de costumbres en constante evolución, acomp acompañante incansable. O quizá medio de perpetuación de estereotipos o representa representación de un tipo determinado de mujer. Son las dos percepciones más extremas de un tipo de prensa que vivió su mayor auge hace ya casi dos siglos: la femenin femenina. Y el punto de partida del debate que vibra en este t número. ú
La prensa dedicada a las mujeres (el propio concepto es sujeto a cuestionamiento) se esmeró en plasmar sus preocupaciones desde su origen. A la vez informativa y entretenida, vivió al ritmo de los consejos de belleza, la famosa operación bikini, los reportajes de índole sexual pero también, pensando en el caso de Marie Claire, en fenómenos de sociedad tan impactantes como la vida carcelaria de las mujeres o las nuevas formas de feminismo. ¿Hubiera tenido el mismo impacto el fenómeno Me Too sin la implicación de este tipo de prensa? Su superficialidad, falsamente atribuida, no contempla la liberación de la palabra que supuso en muchos sentidos. La capacidad, para mujeres de todas procedencias, de contar con un escenario clave y de dar voz, de forma oficial, a todas. Contribuyó a visibilizar problemas universales, comunes, respondiendo a cuestionamientos de numerosas mujeres, esencialmente en tiempos en los que el acceso a la www no era tan fácil. Para muchas, permitió unir, concentrar ansias y sueños compartidos. Crear un diálogo. Para otras, sin embargo, perpetuó estereotipos. El físico presentado en la prensa, para esta franja responsable de materializar esta visión de mujer objeto, fue y es una de sus cuestiones más delicadas. La creación de una mujer de dimensiones perfectas, generando el sueño inconsciente del 90-60-90, sigue siendo objeto de polémica. La celulitis desapareció durante décadas de las páginas, al igual que las patas de gallo. Solo se contempló un mundo en el que no podía caber una talla 42 (curiosamente la de algunas de las mujeres más atractivas de nuestros tiempos). Pero la perogrullada es válida, los tiempos han cambiado. Las curvas, los pelos… ya no se esconden, entre mujeres y en las publicaciones, dando un golpe a lo aceptado y aceptable hasta hoy. La polémica prosigue, pero los prejuicios se desmayan poco a poco, en nombre de una aceptación en línea con la evolución social.
La prensa femenina ¿a favor o en contra de la mujer? ¿Refuerzo de su poderío o dificultad en el camino hacia la igualdad? ¿Apoyo de la competitividad o de la unión? Abramos la reflexión. "El poder de cuestionar es la base de todo progreso humano", dijo en una ocasión Indira Gandhi. Pensemos, más unidas que nunca.